El sistema de transmisión de un vehículo es esencial para transferir potencia del motor a las ruedas, permitiéndole moverse, por lo tanto, desempeña un papel crucial en el control del automóvil y la eficiencia energética durante la conducción. Hay dos tipos principales de sistemas de transmisión: manual y automática. También conocido como cambio manual, este sistema
El sistema de transmisión de un vehículo es esencial para transferir potencia del motor a las ruedas, permitiéndole moverse, por lo tanto, desempeña un papel crucial en el control del automóvil y la eficiencia energética durante la conducción. Hay dos tipos principales de sistemas de transmisión: manual y automática.
También conocido como cambio manual, este sistema permite al conductor seleccionar manualmente las marchas del vehículo. Está compuesto por una caja de cambios que contiene un conjunto de engranajes que se pueden acoplar según sea necesario. Al presionar el embrague, el conductor puede elegir la marcha deseada para la relación de transmisión adecuada. La transmisión manual ofrece más control al conductor y se encuentra comúnmente en autos deportivos y vehículos de alto rendimiento.
La transmisión automática realiza los cambios de marcha de forma automática, sin necesidad de intervención del conductor. El tipo de transmisión automática más utilizado es la transmisión automática secuencial. Utilizando una combinación de engranajes planetarios, convertidor de par y embrague hidráulico, la transmisión automática realiza cambios de marcha de manera suave y eficiente. La transmisión automática es más cómoda para la mayoría de los conductores, ya que no requiere cambio de marcha manual, lo que facilita la conducción en el tráfico urbano o en viajes largos. Existen otros tipos de transmisiones automáticas, como la transmisión continuamente variable (CVT), la transmisión de doble embrague (DCT), la transmisión manual automatizada (AMT), la transmisión híbrida dedicada (DHT) y la transmisión de reducción (eléctrica).
Los sistemas de transmisión de los vehículos están constantemente en contacto metálico, lo que genera calor y desgaste. Ahí es donde entra el aceite lubricante y mantiene todo funcionando correctamente. El líquido de transmisión juega un papel clave en la protección de estas piezas móviles, minimizando la fricción y disipando el calor de manera eficiente. Realizar un cambio periódico del aceite de la transmisión es una medida esencial de mantenimiento que extiende la vida útil del vehículo y ayuda a evitar costosas reparaciones futuras.
Asimismo, una lubricación insuficiente puede provocar abrasión, corrosión y desgaste en los componentes esenciales del sistema de transmisión. Esa degradación compromete el rendimiento del vehículo y eventualmente puede resultar en reparaciones costosas. Es importante tener en cuenta que el aceite de transmisión y el aceite de motor no son idénticos ni pueden reemplazarse entre sí. El aceite para engranajes está especialmente desarrollado para proporcionar un rendimiento adecuado en los engranajes.
Finalmente, la falta de líquido de transmisión o un nivel insuficiente pueden provocar problemas que ya no se solucionarán cambiando o rellenando el nivel de aceite de transmisión. Los inconvenientes más comunes son:
Daños en engranajes y componentes internos: la falta de lubricación puede provocar una fricción excesiva entre las piezas, resultando en un desgaste y daños en engranajes y rodamientos.
Sobrecalentamiento: sin el fluido para transferir calor, la transmisión se sobrecalienta, lo que puede provocar fallas y posiblemente daños irreversibles.
Engranajes bruscos o imprecisos: la falta de presión hidráulica puede provocar dificultades para que la transmisión cambie de marcha, provocando engranes bruscos o imprecisos.
Pérdida de eficiencia: con el tiempo, la falta de líquido adecuado puede llevar a una pérdida de eficiencia de la transmisión, afectando el rendimiento del vehículo y también el consumo de combustible.
Por lo tanto, es sumamente importante prestar atención al manual del vehículo y a las pautas sobre el intervalo de cambio del líquido de la transmisión. Si el vehículo tiene un perfil de uso urbano, sujeto a tráfico intenso y trayectos cortos, se aconseja cambiar el fluido a mitad del intercambio definido por el fabricante del vehículo. Los costos involucrados con las reparaciones de la transmisión son muy altos. Es mejor ser prevenido y metódico a la hora de definir el momento correcto para cambiar el líquido.
Los lubricantes Mobil cuentan en su portafolio con productos para autos con caja automática, recientemente lanzados: Mobil CVT y Mobil ATF Multivehículo.
Mobil ATF Multivehículo: es un lubricante totalmente sintético para vehículos con transmisión automática (AT). Posee las siguientes características: prolonga la vida útil del fluido y de la transmisión; estabiliza la oxidación y es resistente al deterioro químico; excelente rendimiento en bajas temperaturas de partida y altas temperaturas operativas; protección superior de engranaje; además de proporcionar una operación silenciosa, cambios de marchas suaves y transmisión de par optimizado.
Mobil CVT: también es sintético; formulado para uso en transmisiones continuamente variables (CVT). Este producto asegura: operación consistente en todas las condiciones climáticas; excelente protección de las poleas y correas; sensación de cambio de marcha suave y sin ruidos; fricciones estables y optimizadas; excepcional retención de capacidad de par; preservación de la transmisión CVT y aumento de su vida útil.
Hay que destacar que cada una de las transmisiones tiene particularidades (configuraciones distintas, por ejemplo), por eso es importante respetar la utilización del producto adecuado para cada tipo de transmisión para su correcto funcionamiento.
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