DISEÑO/ESTILO
La marca lo describe como un SUV compacto, aunque el mote de Sport Utility es algo pretencioso para el Kwid, pese a que cuenta con buen despeje, de 18 cm, un capot casi horizontal, una caída abrupta de la luneta y pasarruedas pintados en negro, detalle este que está presente en toda la gama, mientras que en modelos de la competencia se ve solo en versiones aventureras, como el Fiat Mobi Way, el Geely LC Cross o el Volkswagen CrossUp.

De hecho, el año próximo habrá una variante de este tipo en la gama Kwid que tomará los rasgos principales del concept Outsider que fuera expuesto en el Salón de Buenos Aires, con llantas de aleación, barras portaequipajes, pasarruedas más prominentes y un zócalo plástico.

Justamente el zócalo de las puertas es “firma” del diseño del Kwid. En la versión de entrada Life mantiene el color del auto aunque se dibuja en la carrocería, en la Zen está íntegramente pintado de negro y en las Intens e Iconic el negro solo ocupa el contorno.

Otra diferencia se da en el cobertor de la llanta de chapa (en ninguna versión hay de aleación), aunque todas tienen la misma medida de 14 pulgadas y la particularidad de tener 3 bulones. Hay tres modelos, uno para el Life, otro para el Zen y el mismo para las dos restantes, que además vienen tonalizadas. Además los dos niveles más equipados llevan manijas de puerta color carrocería y cromados en la parrilla.

INTERIOR/CONFORT
Como en todo modelo del segmento A, el espacio interior es reducido, tanto a lo ancho como para las piernas de quienes viajen en las plazas traseras, en una medida similar a la que ofrecen sus principales rivales. A lo alto es suficiente como para personas de 1,80 metros, aunque en las plazas delanteras los más altos podría ver reducida la visión por la caída del techo a la altura del parabrisas.

Esto se da porque la butaca del Kwid no regula en altura en ninguna de las versiones. Tampoco lo hace el volante, que es fijo, algo que sí ofrecen sus rivales producidos en el Mercosur. Otro inconveniente es la falta de un apoyapiés para el conductor. Pese a esto, los asientos, que tienen el apoyacabezas integrado en la propia butaca, son cómodos y si bien la postura es algo alta, permiten acomodarse con sencillez en el puesto de mando. Como con las tazas, hay tres tipos de tapizados.

El volante es pequeño y no tiene comandos satelitales para el manejo de la radio, lo cual no es muy engorroso porque la pantalla táctil (presente en las versiones Intens e Iconic) queda muy cerca de la mano por el poco ancho del Kwid. Tampoco tiene comandos para la computadora de a bordo, pero aquí la molestia aumenta ya que debe manipularse desde el botón que también resetea las funciones en el tablero.

El instrumental ofrece dos agujas para velocidad y revoluciones (las dos versiones más económicas carecen de tacómetro) y un medidor digital para el combustible que rodea las informaciones de la computadora. No hay medidor de temperatura de agua.

El de confort está bien escalonado según las versiones y siempre es más completo a mismo precio que sus contendientes directos. La pantalla táctil, algo único en su segmento, ofrece buena visibilidad y respuesta y contiene las funciones de la radio, la multimedia, el navegador e informaciones relacionadas con el manejo ecológico.  Solo en esta versión full muestra la cámarade retroceso, de buena resolución.

No está bien colocada la entrada USB salvo que se ubique allí un pendrive con música. Para cargar el celular hay que recurrir a un cable largo ya que el portaobjetos más cercano está en la zona más baja de la consola. Este es de buena capacidad (es grande y profundo) pero carece de separadores o una felpa que los contenga ante maniobras bruscas.

Entremedio se ubican los comandos de la climatización, de buena respuesta y una serie de cinco teclas: la de los levantavidrios delanteros (desde el Iconic), cierre centralizado (se activa en rodaje, pero para abrir las puertas es necesario desbloquear primero) y la baliza. En todas las versiones los vidrios traseros son manuales.

La calidad general es la esperable para un auto de este precio, con plásticos duros pero bien encastrados y con un diseño moderno y agradable. Las puertas de las versiones más caras tienen recubrimientos que mejoran la imagen. Solo un Up muestra una calidad de terminación superior, aunque sin descollar. Tanto el Mobi como el QQ ofrecen un nivel similar.

Una de los puntos fuertes del Kwid es su baúl, con capacidad para 290 litros, el más amplio del segmento. El Up ofrece 280, pero el Mobi, QQ y LC se contentan con 235, 190 y 205 litros, respectivamente. Debajo del piso hay un auxilio en la misma medida. Para abrirlo hay que hacerlo con la llave en las dos primeras versiones o un comando eléctrico a la izquierda del volante (junto al comando de los espejos eléctricos). Estas versiones también cuentan con apertura a distancia de puertas y baúl que elimina el tambor del baúl, reemplazado por una chapa que no queda bien estéticamente.

MOTOR/PRESTACIONES
Toda la gama del Kwid está alimentada por el motor SCe 1.0 de tres cilindros y 66 CV asociado a una caja manual de cinco marchas. Como muchos otros motores tricilíndrico es vibrador y algo ruidoso y con el crecer de las vueltas entrega un sonido agudo que puede ser del agrado de unos y molesto para otros.

Acelera en 13,1 segundos y recupera 18,5 segundos de 80 a 120 km/h en 4° marcha, lo cual lo sitúa en un promedio frente a sus rivales.

El consumo, en consecuencia, es bien reducido, con valores de 4,8 y 7,0 litros cada 100 km a 100 y 130 km/h, respectivamente, logrando 7,8 litros en ciudad. Pese a esto, la autonomía es muy reducida, ya que el tanque apenas ofrece 35 litros.

COMPORTAMIENTO
Por potencia, comportamiento dinámico, asistencia de la dirección y medidas, el Kwid es un auto ideal para la ciudad. La caja, si bien es algo gomosa, tiene un buen desempeño y no es necesario llevarlo constantemente en vueltas para que reaccione en la urbe.

Sin embargo y pese a que la suspensión es suave, su corta distancia entre ejes y de trochas lo tornan algo saltarín en pisos siempre y cuando no están perfectos. Pero en el día a día se disfruta mucho gracias a la agilidad y suavidad que otorga.

Distinta es la historia al salir a la ruta. No es un auto veloz ni que recupere con ligereza pese a que solo acusa 786 kilos en la balanza. La dirección es liviana para cambiar de carril y si bien no es inseguro, hay que estar atento a sus reacciones en curvas cerradas, donde inclina bastante la carrocería y no cuenta con la ayuda de un control de estabilidad.

SEGURIDAD

El equipamiento de seguridad es muy destacado ya que ofrece de serie Isofix y cuatro airbags (el siguiente auto más barato con tantas bolsas es el Citroën C-Elysée). No hay ninguna versión con ESP, pero tampoco lo ofrece ninguno de sus rivales.

El pedal de freno es algo esponjoso y la primera parte no ofrece demasiada respuesta, lo que conlleva un mínimo de acostumbramiento. En la prueba de 100 km/h a cero ofreció un valor algo elevado, con 44 metros.

PRECIO/COMPETENCIA
La gama del Kwid se compone de cuatro versiones: Life a $229.100, Zen a $237.400, Intens a $249.300 e Iconic a $255.200.

Las alternativas son: Chery QQ (entre $214.905 y $234.312), Fiat Mobi (entre $239.200 y $264.400), Geely LC (entre $209.900 y $257.900) y Volkswagen Up (entre $230.551 y $334.568).

Si bien el Kwid carece de algunos elementos como puede ser el ESP, es cierto que ninguno de sus rivales directos lo ofrece, y además se distingue por los cuatro airbags de serie y algunos elementos de confort diferenciales como la pantalla táctil de esta versión full. El modelo de VW tiene un mejor desempeño dinámico y mejor terminación, pero comparativamente es más caro a la hora obtener un contenido de confort similar.