Probamos la versión con el motor 1.6 turbo de 204 CV y caja automática de doble embrague, siempre con la particular carrocería asimétrica.
Por Martín Simacourbe
Fotos: M.A. y M.O.
El Veloster es uno de los autos más particulares del mercado argentino. Su diseño asimétrico (con dos puertas del lado derecho y solo una del lado del conductor), lo hacen un bicho raro en una industria que cada vez racionaliza más sus diseños.
Tampoco es algo nuevo. La generación anterior ya mostraba esta curiosa disposición de las puertas, algo que hemos visto en infinidad de prototipos, que con una sola maqueta mostraban a los responsables de la aprobación las dos siluetas (3 y 5 puertas) que hasta hace unos años era común en casi todos los autos chicos y medianos.
El Volester (tanto el original como esta nueva generación) no pretende ser un 3 y un 5 puertas a la vez, sino un hatch familiar mediano y una coupé deportiva al mismo tiempo, algo complicado de lograr tanto en el diseño como en el comportamiento.
Y esto último era algo que no se lograba, al menos en el mercado argentino, con la generación original, por ofrecer un motor convencional, con 130 CV, que dejaban contentos a unos, pero con gusto a poco a otros.
La llegada de la segunda generación del Veloster hace borrón y cuenta nueva en este sentido, porque pese a mantener una versión con 140 CV y caja automática (ideal para quien quiere ir y venir sin complicaciones), le agrega dos con 204 CV (una manual y la automática que manejamos) y para colmo suma una muy radical con 250 CV, algo imposible de encontrar con la desaparición del 308 GTi y el Scirocco, mientras esperamos el postergado arribo del Mégane RS.
DISEÑO/ESTILO
Pese a mantener esta disposición que vemos arriba, el Veloster ha renovado fuertemente el diseño. Antes primaban las curvas, pero ahora todo es mucho más agresivo, tanto por las aristas como por la enorme parrilla.
Debo decir que el anterior me gustaba, pero este se adapta a estos tiempos de miradas agresivas y ceños fruncidos. Y la dualidad está bien lograda. Ambos lados tienen el mismo corte en la línea de cintura y la diferencia, además de la puerta, se ve en la posición del parante, más retrasado en el lado coupé. En el lateral familiar, la manija trasera al estilo Alfa 156 disimula su presencia.
Esta versión Ultimate recurre a pasarruedas bien llenos, llantas deportivas, un doble escape posterior y un difusor trasero que lo pintan como un clásico GTi. El que quiera todavía más puede estirarse hasta la versión N, que como dijimos también suma 46 caballos en el motor.
INTERIOR/CONFORT
Hay muchos cambios al abrir las tres puertas. El más importante es para las plazas traseras, que sin ser demasiado generosas, han mejorado mucho.
Antes, además de menos espacio a lo largo, había muy poco lugar a lo alto y los ocupantes sufrían con el vidrio de la luneta pegado a sus cabezas. Ahora el Volester tiene una disposición mucho más tradicional, pese a que los más altos sufrirán con un techo bajo. Tampoco podrán acomodarse tres, ya que solo hay dos asientos atrás, unidos por una consola central con apoyavasos.
El acceso del lado derecho es simple pese a que la puerta trasera no es de las más grandes. Del lado del conductor la butaca se corre como en cualquier coupé, pero el espacio que queda no es muy generoso para quien se digne a ser el cuarto ocupante.
Adelante, la posición de manejo es muy buena. Atendiendo las intenciones deportivas del Veloster, el cojín puede ir bastante bajo (con regulación eléctrica, no así el respaldo) y el volante tiene amplias regulaciones.
La calidad es sencilla, pero el armado es muy bueno, con excelente insonorización y buen encastre. Como en todo Hyundai, los comandos son de fácil acceso y lectura, generoso tamaño y cómo accionamiento.
Quizás al diseño le falte una vuelta de tuerca, atendiendo lo que se ve en el exterior. En esta versión unos pocos elementos en rojo delatan su deportividad, pero no mucho más.
El equipamiento tiene pocos faltantes, como sensor de lluvia o el de estacionamiento delantero, pero ofrece butacas calefaccionadas (incluso el volante) y ventiladas, techo corredizo y pantalla táctil con cámara e informaciones deportivas para jugar a ser piloto.
El baúl es el lógico, tirando a chico, para un hatch mediano, pero por debajo aparece un auxilio del tipo temporal que te aseguro le quita toda la imagen deportiva que te haya impulsado a comprarlo.
MOTOR/PRESTACIONES
El gran cambio se ve al abrir el capot y al presionar el botón de arranque. El 1.6 turbo entrega nada menos que 204 CV y un torque de 27 kgm, que entrega su máximo poder bien arriba, en las 4.500 vueltas, pero que también muestra una cara progresiva para disfrutar a diario.
Así, el Veloster cumple con lo que el diseño promete. Puede ser un dócil mediano que prioriza los bajos consumos (no pasa de los 10 litros en la ciudad), pero también un potente deportivo que pasa los cambios en forma veloz gracias a la caja de doble embrague con levas de impecable funcionamiento.
Las prestaciones logradas hablan claramente de esto: menos de 8 segundos para acelerar, bien abajo de los 30 para el kilómetro y poco más de 4 segundos para recuperar en Drive. Para exprimirlo al máximo, el modo Sport cambia la respuesta y lo torna aun más deportivo.
COMPORTAMIENTO
Ubicarse en el medio de ambos extremos siempre es complicado. Y el Veloster no es la excepción. En el segmento hay modelos (los regionales) con un confort de marcha superior y también deportivos más radicales, pero el combo es más que satisfactorio, casi ideal para quien disfruta de acelerar, pero también lo necesita para ir todos los días al trabajo.
Para los amantes de la conducción, este Veloster cuenta con levas al volante (aunque la caja cuida todo y siempre pasa el cambio al acercarse al corte), pero también hay una versión con este motor que lleva una caja manual de seis marchas (que aun no manejamos).
A buenas velocidades, el comportamiento del Ultimate es muy neutro. Muestra mínimas inclinaciones y apoya sin titubeos en las curvas, con una dirección de respuesta justa, el control de reparto de par y un control de estabilidad que entra solo cuando es necesario.
Y en la ciudad, pese a esta configuración y el poco perfil de los Michelin, no la vas a pasar mal. Por supuesto sufre más los pozos que otros medianos, pero en el día a día es mucho más confortable de lo que su apariencia anticipa. Se lo nota, por ejemplo, más cómodo que un 308 S GT.
SEGURIDAD
No hay pruebas realizadas por Latin NCAP ni tampoco por Euro NCAP, ya que no se vende en el Viejo Continente, pero le ha ido muy bien en las realizadas en Estados Unidos.
La dotación de seguridad es completa en cuanto airbags y controles, pero carece de asistentes a la conducción como ya ofrece el 308, con cruise control adaptativo o mantenimiento de carril, entre otros.
Las luces de led tienen un muy buen funcionamiento y las cifras de frenado, por debajo de los 40 metros en la prueba de 100 a 0 muestran un desempeño satisfactorio.
Lo peor es la visibilidad hacia atrás, muy reducida por culpa de la luneta, que encima se ensucia fácil producto de un alerón que “atrapa” toda la mugre. Por suerte hay limpialuneta y cámara.
PRECIO/COMPETENCIA
A casi 2 millones de pesos (43.500 dólares de lista), el Veloster Ultimate AT es algo caro. Sus rivales más cercanos son el Alfa Giulietta (con solo 170 CV, pero a atractivos 26.800 euros), el Audi A3 de 190 CV (a 41.229 dólares) y el Peugeot 308 S GT de 225 CV (a 1.867.300 pesos).
Lo más atractivo a nivel de precios es la amplia variedad que ofrece el Veloster. Hay cuatro opciones bien variadas, con un “base” manual de 150 CV a 36.400 dólares, un intermedio con el 1.6, pero manual, también a 36.400 (resignando cuero, techo, faros led, acceso sin llave, control crucero y climatizador con respecto al Ultimate) y el exclusivo N que ya se va a 50.500 verdes.
Más allá de la particularidad del diseño, que termina siendo algo peculiar pero que a otros niveles no lo margina, el Veloster es una interesantísima opción para quien, por encima de las opciones Mercosur, se quiere subir a un auto que transmita sensaciones, más allá de la inversión racional que significa elegir un SUV.
Y lo bueno es que las sonrisas no van a aparecer solo al mirar el lado coupé como sucedía con el anterior Veloster. Ahora también se hacen presentes al acelerar, doblar y frenar.
Lo Bueno
Diseño único
Comportamiento
Prestaciones
Consumos
Gama variada
Lo Malo
Solo cuatro plazas
Visibilidad reducida
Sin ayudas a la conducción
Precio algo elevado
Auxilio temporal
FICHA TECNICA
Motor
4 cilindros, 16 válvulas
Cilindrada: 1.591 cm3
Alimentación: Nafta
Potencia: 204 CV a 6000
Torque: 27,0 kgm a 4500 rpm
Transimisión
Caja: automática de doble embrague y siete marchas
Tracción: Delantera
Frenos: Disco ventilado/disco
Tren de Rodaje
Suspensiones: McPherson/Multilink
Dirección: Eléctrica
Neumáticos: 225/40 x 18″
Dimensiones y Capacidades
Largo/Ancho/Alto: 4,240/1,800/1,409 mm
Peso: sin datos
Baúl: 303 litros
Tanque: 50 litros
EQUIPAMIENTO DE CONFORT
Acceso y arranque sin llave
Butaca con regulación eléctrica en altura
Cámara de retroceso
Cargador inalámbrico de celulares
Climatizador
Control crucero
Encendido automático de luces
Llantas de aleación
Pantalla táctil
Pack eléctrico
Sensor de estacionamiento trasero
Tapizado de cuero
Techo corredizo
EQUIPAMIENTO DE SEGURIDAD
Airbags frontales, laterales y de cabeza
ABS
Apoyacabezas (4)
Cinturones inerciales (4)
Control de tracción y estabilidad
Isofix
Faros full led
PRESTACIONES
Aceleraciones
0-100 km/h: 7,5 s.
0-400 metros: 15,7 s.
0-1000 metros: 27,9 s.
Recuperaciones
80-120 km/h en D: 4,6 s.
Frenada
100-0 km/h: 39,1 mts.
140-0 km/h: 69,2 mts.
Consumos
100 km/h: 6,5 litros/100 km.
130 km/h: 9,2 litros/100 km.
Urbano: 9,8 litros/100 km.
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