Con el avance de los drones y las entregas alimentadas por bicicletas, scooters y hasta monopatines, el delivery en las grandes ciudades está mutando radicalmente.

Además, los vehículos tradicionales están siendo cada vez más apartados de los cascos urbanos. Y eso tendrá un impacto negativo en la gama de furgones que las marcas francesas tanto han explotado.

Por eso Renault creó el EZ-Flex, un furgón eléctrico que no será un prototipo para exponer en muestras y salones, sino que formará parte de un programa para conocer cómo se desempeñan estos vehículos en las ciudades.

El programa experimental comprende una serie de préstamos con duración por dos años a profesionales, empresas y municipios europeos, para que recaben datos de geolocalización, kilometraje, autonomía, utilización de las puertas, velocidad, detenciones, etc.

El EZ-Flex mide apenas 3,86 metros de largo, 1,65 de ancho y 1,88 de alto. Y gracias a su formato, permite llevar una carga de 3 m3.

Con su puesto de pasajero plegable, un sector trasero configurable y un radio de giro muy reducido, espera ser un aliado a la hora de transportar objetos en las ciudades.

El motor eléctrico permite una autonomía de 150 km, suficientes para los traslados diarios, que Renault sitúan en una media de 100 km para este tipo de trabajo.