Era de esperar. Así como Volkswagen ya desplegó una gama de eléctricos que incluyó un modelo “popular” como el I.D. y Seat hizo lo propio con el El Born, Audi mostró el AI:ME en el Salón de Shanghai.

El diseño tiene algunos guiños con el A2 de 1999 (el futurista modelo de producción que tenía carrocería de aluminio) y muchos con el Aicon, un prototipo reciente de mayor tamaño.

Otra diferencia con el Aicon es que este era autónomo de nivel 5, y el AI:ME llega a nivel 4, por lo cual tiene volantes y pedales que se esconden al utilizar la conducción sin humanos.

El interior goza de una enorme pantalla OLED que recibe instrucciones táctiles, por voz o por gestos. También hay posavasos magnéticos y hasta una enredadera en el techo.

El exterior tiene otras interesantes soluciones. Las luces están dispuestas para que los peatones puedan verlas con mayor facilidad y pueden comunicarse con señales de tránsito o de otros vehículos.

Lo más extraño del diseño es el corte lateral de las ventanillas, que busca el mayor ancho del vehículo a la altura de los hombros. Debido a esto, solo se abren en la sección inferior.

El AI:ME mide 4,30 metros de largo, 1,90 de ancho, 1,52 de alto y 2,77, entre ejes (una cifra muy buena), mientras que los neumáticos son de 23 pulgadas.

Del motor, del cual Audi no ha dado demasiado detalles, es eléctrico ubicado en la parte trasera y entrega 170 CV de potencia.