A mediados de 2017, el Gobierno Nacional impulsó la venta de automóviles con energías alternativas, como eléctricos, híbridos y a celdas de combustible.

Pero ese beneficio, que reducía el arancel del 35 por ciento habitual a 5% en el caso de los híbridos y a 2% en el de los eléctricos, solo podía ser usufructuado por las marcas autorizadas a operar como terminal automotriz, es decir, las que producen en la Argentina.

Sin embargo, y pese a que el cupo es de 6.000 unidades, solo un puñado llegó a la Argentina, gracias a la importación de los Toyota Prius, Renault Kangoo, Mercedes GLC y los futuros Ford Mondeo y Nissan Leaf.

Por ello, el resto de las automotrices que importan todos sus productos, reclamó ser parte de la medida, algo que consiguieron con una modificación del decreto original.

Las importadoras tienen varios modelos de este tipo en trámite de homologación (y otros tantos proyectados), pero que no se concretaban justamente por esta diferenciación. En esa lista hay modelos de BAIC, BMW, Hyundai, JAC, Jaguar, Kia, Mini y Porsche.

Las marcas que forma parte de CIDOA (la Cámara de Importadores y Distribuidores) anunció que a raíz de esta medida habrá lanzamientos a “precios más alineados con los valores internacionales y una perspectiva de constante modernización”.