Ahora desarrollado junto a BMW, la marca japonesa recupera la denominación del deportivo 16 años después. Motor 3.0 turbo de 340 CV.
Tras una larga espera que incluyó un par de prototipos y mucha expectativa, Toyota vuelve a ofrecer un deportivo con la denominación Supra. La saga se inició en 1979 y permaneció hasta 2002.
Ahora, de la mano de BMW, que en paralelo desarrolló la nueva generación del Z4 (ver nota), Toyota recoge bastante de lo visto en el concept FT-1 de 2014 y entrega un deportivo de bellísimas líneas, con 4.38 metros de largo.
El motor es un 3.0 turbo se seis cilindros ya conocido en BMW. Entrega 340 CV y se une a una caja automática de ocho velocidades.
La puesta a punto ha sido obra de Gazoo Racing y entre las especificaciones se advierte el reparto equitativo de peso entre ambos ejes. La suspensión es variable y los neumáticos, siempre en medida de 19″, son de 255/35 adelante y 275/34 atrás. Los modos de conducción son simplemente dos: Normal y Sport.
Pese a su condición, el equipamiento de este biplaza es abundante, con instrumental digital, climatizador, acceso sin llave, sensores varios, frenado de emergencia, mantenimiento de carril, control crucero adaptativo, punto ciego, etc.
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Andrés
15 enero, 2019, 3:54 pmMe encanta el diseño general del frente, ese capot abultado y el diseño de las luces que de inmediato recuerdan al Supra de principios de los ’90. Así, no sólo recupera tan "mítico" nombre, sino que también se emparenta visualmente con su inmediato antecesor.
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