Gemelos: autos iguales que se vendieron con dos marcas

Gemelos: autos iguales que se vendieron con dos marcas

Repasamos modelos que se ofrecieron en la Argentina con el logo de dos marcas distintas, pero con un diseño casi sin modificaciones.

Por Martín Simacourbe

El mundo del auto está repleto de modelos gemelos. Es algo bastante común en el segmento de los comerciales, donde las marcas aúnan esfuerzos para maximizar la oferta.

Y también se ha dado mucho en las marcas que forman parte de un mismo paraguas, como las de General Motors, PSA o Volkswagen. Sin embargo, también hay ejemplos de uniones circunstanciales y bastante extrañas.

Aquí repasamos una buena cantidad de las que se ofrecieron en el país. ¿Vos recordás algún ejemplo más?

A comienzos de la década del ’80 se produjo el cambio de dos clásicas automotrices argentinas. Mientras Chrysler era comprada por VW, Citroën se retiraba y de sus activos se hacía cargo IES. Así, tanto el 1500 como el 3CV pasaron a venderse con nueva marca, pero manteniendo la denominación de modelo.

A mediados de los ’90 también se dio esto del cambios de logos. Por un lado, Dacia llegó a la Argentina para vender unas pocas unidades del 1410, que no era más que el Renault 12 hecho por la rumana, que tenía una licencia de la francesa. Convivieron con los ochentosos paragolpes plásticos en ambos diseños. Mientras, la entonces dueña de Renault, Ciadea, importó de Brasil el Chevette, que era nuestro conocido Opel K-180 (se dejó de vender en 1978) fuertemente rediseñado. Lo más curioso es que no llegó como Chevrolet, sino como GMC.

También a mediados de esa década, Seat desembarcó en el país no solo para vender sus productos sino también para producir un par en la mitad que VW se quedó de la planta de Pacheco tras el divorcio de Ford y Autolatina. Allí se fabricaron, al mismo tiempo. los VW Polo y Seat Córdoba y las versiones comerciales de ambos, denominadas Caddy e Inca. Hoy el Ibiza (gemelo del Polo hatch) ya no tiene un sedán ni tampoco un utilitario entre sus filas.

Hacia fines de los noventa, PSA, una de las que más le ha sacado jugo a esto de presentar un mismo modelo con dos marcas, traía a la Argentina los Peugeot 106 y Citroën Saxo. Eran casi idénticos, si bien la trompa y el portón eran diferentes. Esa relación continúa hasta hoy con muchos modelos, incluidos varios que no llegaron al país. Un ejemplo más actual es el del dúo C-Elysee/301, con todavía más similitudes.

Pero a la hora de producir en nuestro país, PSA también recurrió a los gemelos cuando se hizo cargo de la planta de Palomar. Las marcas que conformaron el grupo sacaron al mercado los Peugeot Partner y Citroën Berlingo, que eran idénticos. Esa relación continúa hoy, con algunas diferencias más, pero con el agregado de la nueva marca del conglomerado, Opel, que con pocas modificaciones dio vida al nuevo Combo. En el segmento superior, aparecieron los Jumpy y Expert, que también tienen sus variantes de pasajeros conocidas como SpaceTourer y Traveller. De ese binomio hubo versiones de Fiat y actualmente hay otra de Toyota, pero que no llegaron al país. Además, la relación también se hizo presente en los Boxer y Jumper, del que hubo gemelos de Fiat (Ducato) y hasta de Alfa Romeo y Talbot.

También a fines de los ’90 General Motors reactivó su producción en el país con la nueva planta de Rosario. Y además de fabricar la Chevrolet Grand Vitara, le puso el logo de la que fuera una de sus marcas: Suzuki. Es el único caso en el que dos productos de distinta marca convivieron con el mismo nombre de modelo. Luego, GM hizo lo mismo con el Chevrolet Celta, que primero fue vendido por Suzuki bajo el nombre Fun y después llegó con el moño en la trompa y su nombre original.

Ya en los 2000, el Daewoo Matiz, que llegaba a la Argentina a través de un importador, pasó a denominarse Chevrolet Spark (con un importante rediseño), una vez que General Motors se hizo cargo de la empresa y de su representación en el país. El otro ejemplo es todavía más extraño que el de Opel/GMC, ya que estos tres modelos tampoco convivieron. El VW Carat (segunda generación del Passat), presentado a fines de los ’80, era en realidad el Santana brasileño, que llegó más de una década después con ese nombre. En el medio, se vendió el Ford Galaxy, que tomaba la misma base, producto del matrimonio entre ambas empresas que devino en Autolatina. Esta fusión creó también el binomio Escort/Pointer, aunque con varias diferencias estéticas.

También en la década pasada, VW y Seat compartieron su monovolumen grande: Sharan y Alhambra, de los que hubo dos generaciones. De la primera surgió también el Ford Galaxy (sí, el mismo nombre del sedán brasileño), que no se vendió por aquí. En tanto, PSA firmó un acuerdo con Mitsubishi y del primer Outlander nacieron los C-Crosser y 4007, pero sólo el japonés se vendió en la Argentina. Sin embargo, la segunda generación del desarrollo llegó con las tres marcas: Outlander Sport, C4 Aircross y 4008.

En breve, habrá un nuevo capítulo de esta serie, cuando tanto Renault como Mercedes comiencen a vender sus primeras pick ups medianas de la historia: Alaskan y Clase X, ambas derivadas de un producto que ya hace unos años se vende en la Argentina y recientemente comenzó a producirse en Córdoba, la Frontier.

Martín Simacourbe
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