Por Martín Simacourbe
Fotos: F.G. y M.O.

Aunque el segmento de los SUV compactos fue creado, al menos en Sudamérica, por la EcoSport en 2003, Volkswgen recién reacionó en 2019 cuando se presentó el T-Cross, apoyado en la misma plataforma de los Polo y Virtus.

El modelo ya había pasado dos veces por nuestras manos, cuando debutó con la motorización 1.6 aspirada (ver prueba) y cuando adoptó el 1.0 turbo (ver prueba) a mediados de 2021.

Ahora, a casi seis años de su llegada, cuando muchos modelos están delineando una nueva generación, el T-Cross presenta su primer rediseño, con pocas modificaciones, pero que se apoya en un diseño muy vigente, incluso en Europa.

Además de nuevos paragolpes, las ópticas delanteras cambiaron levemente su formato, la parrilla gana un nuevo diseño sin alterar su tamaño ni adoptar la tira led de otros VW y las luces traseras se renovaron internamente, acá sí unidas por un led que recorre todo el ancho. El resto se decora con nuevas llantas y el regreso del techo bitono en esta versión.

En el interior el gran cambio es la nueva carcasa, del tipo flotante, que sostiene la misma pantalla táctil de antes (por cierto, de las mejores de este segmento por el sistema, velocidad de respuesta y nitidez). También cambiaron el volante, las salidas de aire cercanas a las puertas, el climatizador (ahora del tipo touch, con buena respuesta) y el tapizado, que perdió la tonalidad bitono pero ganó un calado en el respaldo con el nombre del modelo.

Por supuesto no hay novedades en cuanto a la muy buena posición de manejo y el espacio disponible en las plazas traseras, más cómodo para cuatro que para cinco por la presencia de un volumino túnel de transmisión. Al menos, allí se mantienen las salidas de aire.

Tampoco hay novedades en la calidad de los materiales, que aprueba con lo justo, con plásticos duros por todas partes, aunque con el buen armado que acostumbra VW en este segmento.

Lo peor del recambio interior es que el baúl perdió la práctica bandeja que posibilitaba acomodarla en dos posiciones (y así tener 373 o 420 litros). Ahora es hay un solo plano (la ficha mantiene ambas mediciones) y el piso que separa el baúl del auxilio (temporal, como siempre), es de un material muy mejorable, a años luz de lo que proponía antes.

El equipamiento de confort también se mantiene con buenos elementos como el techo panorámico corredizo, el cargador inalambrico y el tablero digital que permite jugar con algunas vistas, pero el de seguridad es que más se enriquece.

Esta versión full adopta el mantenimiento de carril (de buen funcionamiento) y, en forma opcional, el frenado autónomo de emergencia. Por un lado, lamentamos que no sea un elemento de serie (cuesta algo más de 400.000 pesos), ya que en muchos concesionarios no estará disponible, pero celebramos que se pueda incorporar a cualquiera de las versiones de la gama, algo que no ofrece ninguno de sus rivales.

Los C4 Cactus, Pulse/Fastback, HR-V, Seltos, Kicks, Kardian y Nivus solo lo traen en la versión full y las Tracker y 2008 son las únicas que además lo incorporan en una intermedia, siempre como equipamiento de serie.

Completan el combo el detector de punto ciego, unas luces que mejoraron bastante, el debut de los neumáticos “Seal Inside” que resisten pequeñas pinchaduras (sin llegar a ser un RunFlat) y una frenada que si bien retrocedió unos metros (con cuatro discos), estuvo en torno a los 40 metros, un buen valor en su clase.

El motor sigue siendo el 1.0 turbo de 116 CV y 200 Nm que ya acompaña a casi todos los modelos chicos de la marca. Con tres cilindros y pocas vibraciones, ofrece una respuesta acorde, con cerca de 11 segundos para acelerar y 8 para recuperar.

Son cifras que quedan apenas por debajo de otros turbo (2008 y Tracker hacen estas pruebas en 10 y menos de 8 segundos), pero mejor que la de los aspirados.En síntesis, el T-Cross no muestra un desempeño deportivo, pero las reacciones son enérgicas si se lo precisa, con unas levas al volante que se agadecen en caminos sinuosos.

Los consumos son austeros, con poco más de 5 l/100 km en ruta, cerca de 8 en autopistas y poco más de 9 en ciudad, que lo posicionan entre los mejores del segmento compacto, sobre todo en el manejo diario, donde a la mayoría le cuesta mucho bajar los 10 litros.

El comportamiento es muy neutro y eso es una buena noticia porque así el T-Cross garantiza un alto grado de placer en cualquier circunstancia, aunque no sea el mejor en la ciudad o la ruta.

En el manejo diario, el perfil bajo de los neumáticos molesta solo en algunos caminos, lo que lo deja detrás de una Duster, por ejemplo. Mientras que en ruta no tiene el refinamiento de una 2008 para los trazados más exigentes. Aún así, pone el listón lo suficientemente alto como para que la gran mayoría de quienes se acerca a un SUV compacto se sientan muy cómodos al volante.

Con estos cambios, pero sobre todo con una disponibilidad muy mejorada tras la “cortina de hierro” de Alberto y Massa, que lo depositó en el fondo del ranking, el T-Cross rápidamente se posicionó, junto al Renegade, como uno de los SUV compactos más elegidos, en la todavía dura pelea frente a los nacionales (Tracker y 2008).

La gama ofrece cinco variantes entre los 35 millones de la 170 con caja manual y los 44.205.204 pesos de esta Highline Bi-Tono, un precio elevado, acorde al posicionamiento histórico del modelo y la marca.

Sin embargo, encontramos que en varios concesionarios ese valor se alivia bastante (siempre es bueno recorrer varias opciones), algo totalmente lógico sabiendo que el renovado Nivus full está menos de 38 millones (más chico, pero mejor equipado) y que el Taos de acceso (menos equipado, pero más grande y potente) cuesta menos de 43 millones.

Las alternativas que ofrece el segmento de los SUV compactos (sin tener en cuenta crossover como Pulse, Kardian o Fastback) navegan a precios más bajos, como por ejemplo Duster (menos de 34 millones), Renegade (38) Tracker (menos de 39) y 2008 (menos de 41).

A favor
Adopción de ayudas
Agrado de uso
Espacio interior

En contra
Algunos materiales
Auxilio temporal
Precio elevado

FICHA TECNICA
Cilindrada: 999 cm3
Potencia: 116 CV
Torque: 200 Nm entre 1.500 y 4.250 rpm
Caja: automática de seis marchas
Tracción: delantera
Frenos: discos ventilado/disco
Suspensiones: McPherson/Eje rígido
Dirección: eléctrica
Neumáticos: 205/55 x 17″
Largo/Ancho/Alto: 4,199/1,760/1,568 m
Peso: sin datos
Baúl: 420 litros
Tanque: 52 litros

EQUIPAMIENTO
Acceso y arranque sin llave
Butaca regulable en altura
Climatizador automático
Control crucero
Encendido automático de luces
Instrumental digital
Llantas de aleación
Pantalla táctil con cámara
Sensor de estacionamiento del/tras
Sensor de lluvia
Tapizado de cuero
Volante con doble regulación
Airbags frontales, laterales y de cortina
Faros full led
Frenado autónomo (opcional)
Mantenimiento de carril