Después de casi tres cuartos de siglo, la filial argentina de Mercedes-Benz cambia de manos: la operación, tanto productivo como la de importación, quedará en manos de un empresario argentino: Pablo Peralta.

El empresario es el fundador del Grupo ST, que tiene como CEO a Isela Costantini, ex presidente de General Motors. Sin embargo, la operación para quedarse con Mercedes es un negocio paralelo de Peralta, a través del grupo inversor Open Cars, que contactó al ex número uno de Toyota, Daniel Herrero, quien será el presidente de Prestige Autos.

Prestige será el nombre de la empresa que asumirá tanto la importación de la línea de vehículos como la producción de la Sprinter en Virrey del Pino, lo que garantiza la continuidad de los 1.700 empleados de la firma.

Justamente, la falta de un horizonte productivo fue uno de los motivos más grandes para que Mercedes ponga el cartel de venta. La Sprinter se convertirá en un modelo eléctrico en breve y la fábrica bonaerense, inaugurada en 1951, no está en los planes para sumarse al cambio.

El nuevo grupo tendrá la licencia para fabricar el furgón hasta 2030. Luego, o incluso antes, podría producir vehículos en Virrey del Pino para otras marcas.

Recordemos que la producción de camiones que actualmente se realiza en esa planta se mudará a comienzos de 2026 a la nueva fábrica de Zárate que la Damiler Truck está levantando allí (ver más), como parte de la separación que las divisiones de automóviles y vans y la de camiones concretaron hace poco más de cuatro años.