Desde siempre las pick ups derivadas de automóviles son un éxito en Brasil. Más por la cercanía con la playa que por el uso estrictamente comercial.

Eso diferenció las propuestas a uno y otro lado de la frontera. Allí triunfaron las derivadas de los Corcel (Pampa), 147 (Fiorino), Gol (Saveiro) y Corsa (Combo), mientras que aquí ganaban mercado las Ranchero (Falcon), Multicarga (1500 y 125) y la 504.

En 2009, Fiat rompió el mercado ofreciendo la Strada doble cabina (a la que después le agregó la tercera puerta lateral) y recién unos años después Volkswagen reaccionó con la Saveiro de dos filas de asientos.

Pero la verdadera ruptura se dio con la llegada, casi al unísono, de las Renault Duster Oroch (un derivado del SUV) y Fiat Toro (un desarrollo de cero). Esta última se convirtió rápidamente en la pick up más exitosa en Brasil de todos los tamaños.

Volkswagen acaba de reaccionar, por cierto mucho más rápido que los 15 años que le tomó crear un rival para la EcoSport (ver nota), con la Tarok, que aunque permanece en fase de prototipo, está muy cerca de fabricarse.

Un 80 por ciento de este diseño pasará a la producción, nos aseguró el diseñador del modelo, Klaus Bischoff. Y le creemos. Solo los faros delanteros (con una tira de led que integra hasta el logo), mínimos detalles del interior y la zona de la caja serán motivo de revisión de costos.

Por ejemplo, el sistema que agranda la zona de carga, que es similar al que estrenó alguna vez la Chevrolet Avalanche (y que no se replicó en otros modelos): una divisoria rectráctil que al rebatir el banco trasero logra alargar la zona de carga. Ese banco también es corredizo, algo que permite poner algún bolso o mochila al resguardo.

La caja permite llevar hasta una tonelada de carga gracias al uso del tren posterior del Atlas, el SUV grande de VW. La plataforma es la MQB, la misma que utilizará el SUV de pronta producción en Pacheco, con lo cual una producción nacional no está descartada, más cuando nadie aseguró que se haga en Brasil, algo ideal para ser anunciado por aquí.

El espacio en las plazas traseras es bueno (mide 4,91 metros de largo, lo mismo que una Fiat Toro, y 2.78 entre ejes) y la posición de manejo muy agradable, con regulaciones eléctricas de la butaca. La calidad no es para tenerla en cuenta por su condición de prototipo, pero el diseño es muy similar a lo ya visto en otros modelos de la marca, con instrumental digital, pantalla táctil y una curiosa zona ciega donde va el climatizador.

La motorización es la 1.4 TSi de 150 CV, aunque por acá esperamos alguna variante diesel una vez que sea producida, y está asociada a una caja automática de seis marchas y la tracción integral 4Motion, con una amplia variedad de modos para distintos tipos de terreno.