Por: Martín Simacourbe
Fotos: F.G., M.O. y Prensa V.W.

Hasta hace no mucho tiempo, el segmento de las pick ups monocasco solo tenía exponentes derivados de berlinas del segmento B. Allí estaban, además de las Saveiro y Strada (únicas sobrevivientes), la anterior Montana (base Agile), la Courier (Fiesta) y la Hoggar (207 Compact).

Desde la aparición de Oroch (base Duster) y Toro (Renegade/Compass), las novedades se posicionaron allí (Maverick, Rampage y nueva Montana), casi que olvidándose del segmento inferior, algo raro, porque la Strada es el modelo más vendido de Brasil desde 2021.

Justamente, un año antes, el modelo de Fiat se renovó completamente, adoptando por primera vez la carrocería de cuatro puertas, algo que siempre se esperó que repitiera Volkswagen, tal como había hecho cuando creó la Saveiro cabina doble en 2014, cinco años después de la aparición de la Strada con dos filas de asientos, pese a que nunca sumó la tercera puerta suicida estrenada por Fiat en 2016. Sin embargo, eso no ocurrió y la Saveiro se contentó, desde allí, con dos rediseños, uno en 2016 y otro ahora.

Pese a esa desventaja y a la antigüedad que arrastra el modelo (data de 2009, cuando acompañó a la última generación del Gol), la falta de opciones la mantiene como una alternativa para quien busca un vehículo que cumpla la doble función (carga y manejo sencillo) con tamaño reducido.

Además, desde la desaparición de la cabina simple de la Strada, la Saveiro es la única con esa carrocería entre las pick ups monocasco. Sin embargo, cómo es habitual, manejamos la opción tope de gama, denominada Extreme.

DISEÑO/ESTILO

Esta que probamos, es la cuarta trompa de la actual generación de Saveiro, la primera desde que ya no tiene a sus viejos compañeros (Gol y Voyage) en la familia. Debo admitir que el retoque quedó bastante armónico, sabiendo que, en general, los refrescos de diseño luego de más de una década no suelen quedar muy bien que digamos.

Esta versión Extreme, que reemplazó a la anterior Cross, pero casi sin novedades, está repleta de elementos del mundo SUV, como protecciones plásticas, portaequipajes, calquitos, insignias y buen despeje.

Como full que es viene con luneta enrejada, lona marítima, protección plástica de la caja y apertura amortiguada del portón. En medidas, es 2 cm más larga que Strada y 25 cm más corta que Oroch y 27 que Montana.

INTERIOR/CONFORT

Adentro es donde más siente el paso del tiempo, pero sin nada que sea demasiado criticable. El tablero es de agujas, pero muy eficiente y con una buena compu central, y la pantalla va empotrada en el centro de la consola, sin producir reflejos molestos. Además, con la última actualización, ganó en tamaño y respuesta.

La posición de manejo es de lo mejor, gracias a la doble regulación de volante y la de altura de la butaca, pese a que esta es del tipo basculante, toda una antigüedad.

Atrás el espacio es para niños, lo mismo que el acceso, que se logra rebatiendo cualquiera de las butacas delanteras. Dos adultos no la pasarán nada bien porque el espacio para las piernas es bastante reducido, pero no mucho peor de lo que ofrece la Strada. Además, los vidrios traseros solo basculan, aumentando la sensación de encierro.

El equipamiento tiene cosas interesantes y algunos faltantes. Entre los primeros están el control crucero, el espejo fotocromático (raro si los hay en este precio) y los parasoles con luz. Entre los segundos se anotan el climatizador automático, el cargador de celular y el tapizado de cuero, todos elementos que ofrece la Strada.

La caja permite llevar 621 kilos o 580 litros (la Strada 650 y 844) y, como dijimos, tiene una buena presentación e iluminación, pero pese a la lona, deja entrar bastante tierra en el interior. Por debajo de la carrocería hay un auxilio de idénticas dimensiones a las titulares.

MOTOR/PRESTACIONES

La receta es tan clásica como la carrocería: el 1.6 aspirado de 110 CV y 155 Nm como única opción en toda la gama, y siempre se combina con una caja manual de cinco marchas de impecable accionamiento.

Su rival más cercana, la Strada, tiene dos opciones: un 1.3 de 99 CV con caja manual y el 1.0 turbo de 120 CV con la CVT. Incluso en las intermedias se da esa dupla: Oroch tiene un 1.6 de 114 CV y Montana un 1.2 turbo de 132 CV. Eso sí, en ambas, la versión base ofrece una caja manual.

En prestaciones, la Saveiro rinde de acuerdo a lo esperado: 11 segundos para llegar a 100 km/h, 14 para pasar de 80 a 120 km/h en 4° y 19 en 5°, cifras parejas (acelera mejor y recupera peor) que la Strada 1.3 (aún no probamos la turbo).

En los consumos pide casi 7 l/100 km en ruta, casi 9 en autopistas y casi 11 en ciudad, valores que están todos por encima de la Strada. Tampoco probamos la Oroch 1.6, mientras que la Montana (con caja automática), es algo más rápida y gasta parejo.

COMPORTAMIENTO

El conjunto mecánico es el mismo del Polo Track: una combinación que, pese a la falta de modernidad, se desempeña de maravillas en prácticamente cualquier circunstancia.

Aun sin el torque de un turbo, el 1.6 es bastante elástico y la caja, bien relacionada y con una selectora deliciosa, es una aliada ideal cuando hace falta potencia.

Descargada es muy divertida de llevar, porque además las suspensiones copian bien (incluso en pisos en mal estado o caminos de ripio) y el comportamiento dinámico permite llevarla con precisión en todo tipo de curvas, sabiendo que no estamos ante un deportivo.

En la ciudad, los neumáticos de generoso perfil brindan comodidad y la dirección, aunque no es eléctrica, acompaña con buena asistencia. Con carga (soporta más de 600 kilos), pierde lógicamente algo de vivacidad, pero sin mayores críticas.

SEGURIDAD

Lo más flojo de esta Saveiro: apenas dos airbags (Strada tiene cuatro en toda la gama) y sin Isofix, un faltante clave si se lo va a utilizar como vehículo familiar.

Entre las buenas están el control de estabilidad desconectable y el ABS off road, que mejoran el desempeño fuera de ruta.

Las luces, con halógenas clásicas, no tienen un gran desempeño, pero los frenos, con cuatro discos, la detuvieron en buenas cifras, en torno a los 41 metros.

No hay pruebas de Latin NCAP, pero el Gol, con el que comparte la trompa, sacó en su momento tres estrellas con el protocolo anterior.

PRECIO/COMPETENCIA

Esta Extreme es la más equipada de una gama de tres versiones, con la cabina simple como entrada (sin rivales a la vista) y otra doble cabina, con menos equipamiento, en el medio.

Por el tamaño de las plazas traseras, la Saveiro no es ideal para trasladar operarios, con lo cual su destino será (fuera del horario laboral, que es lo suyo) servir como vehículo familiar, aunque con la mencionada imposibilidad de montar sillas infantiles.

Salvando eso, es un vehículo con una amplia dualidad de uso, pidiendo combinar el trabajo sin resignar confort, con un tamaño muy práctico.

Su precio es de 32.671.700 pesos, 4 millones por encima de la Strada 1.3 y 1,5 millones arriba de la turbo. El problema, para ambas, es que tanto, Montana como Oroch arrancan por debajo de los 30 millones, con mucho más espacio y otros atractivos.

Con muchos años a cuestas, la Saveiro hace de una receta probada y eficaz su principal argumento de compra. La futura T-Cross pick up, prevista para dentro de un par de años, debería jubilarla, pero mientras, sigue contando buenas historias.