Opinión: el inicio del fin del automóvil tal cual lo conocemos

Opinión: el inicio del fin del automóvil tal cual lo conocemos

El Tesla Cybercab ya es realidad y podría anticipar el fin de la conducción humana y de la propiedad del automóvil. Escribe Martín Simacourbe.

Por Martín Simacourbe

De todas las modernidades y revoluciones que se han venido anticipando desde que trabajo en esto de los autos (ya van más de 25 años), la que más me atrajo siempre fue la del manejo autónomo, muy por encima, por ejemplo, de la electrificación total del parque automotor. 

Y más que dejar de conducir, lo que más me llamaba la atención era el tremendo cambio que proponía este nuevo sistema: para qué comprar un auto que no voy a manejar si lo puedo alquilar por un costo menor y además sin tener que convivir con un chófer.

Hace tres años, reproduje en AutoWeb un informe de la BBC que reunía los motivos por los cuales el autor creía que la conducción autónoma estaba mucho más cerca de lo esperado (ver más).

Y no estaba hablando de la aparición de algunos modelos autónomos, sino del cambio integral de la industria automotriz con ese combo de conducción autónoma y fin de la propiedad.

En Wuhan, China, hace tiempo existe una red de automóviles autónomos, cada vez más avanzados (ver más). Están trasladando pasajeros a un costo tan bajo que el gremio de taxistas ya se puso en alerta. Sin embargo, aún no reemplazan al automóvil particular.

Pero esta semana, Elon Musk presentó, después de muchas promesas, un trío de robots autónomos: uno con forma de auto (Cybercab), uno con forma de bus (Rovovan) y otro con forma humana (Optimus). Y si todo se da como se anticipó, Tesla los pondrá a la venta en solo tres años (ver más).

El magnate es un prometedor serial, pero tarde o temprano, todo lo que imagina lo termina haciendo realidad: logró que uno de sus autos sea el más vendido del mundo; aunque esté prohibido, hay gente que duerme mientras su Tesla lo lleva al trabajo y hasta se hizo cargo de los viajes de la NASA.

Puede ser, como muchas otras que prometió, que esta novedad llegue varios años después de lo previsto inicialmente, pero ¿alguien puede dudar que en 10 años el taxi autónomo no será algo común o que uno de sus robots no sacará a nuestro perro después de cocinarnos algo?

También está el tema de los costos. Si la promesa de Elon acerca de cuánto costará comprar y mantener un Cybercab (menos de 30.000 dólares y solo 12 centavos de dólar por km, respectivamente) se hace realidad, será muy difícil que alguien de las nuevas generaciones no opte por comprarse uno o directamente lo pida por una aplicación para viajar sin dejar de mirar el celular, dormir o acariciarse con su pareja. De una u otra manera, archivará para siempre eso que nosotros amamos: conducir.

Hay más: si, como se cree, la tasa de accidentes de los vehículos autónomos resulta ser muchísimo más baja que la de los autos conducidos por humanos, nada impedirá que día tras día más clientes opten por la nueva tecnología. Y como decía el artículo inglés, hasta las aseguradoras que sobrevivan podrían volver inviable la cobertura de los que quieran seguir manejando.

La última pata que tocaba aquel informe es la de comprobación en las calles. Imaginemos que California se llena de Cybercabs, que el sistema es menos costoso y que nadie (o casi nadie) se mata al volante. La aceptación de otras ciudades será inmediata y solo la infraestructura y nivel económico de cada una (me cuesta pensar en un Cybercab conviviendo con las normas de tránsito de Calcuta) retrasará, solo un poco, la masividad de este concepto. Porque si es algo exitoso, detrás de Tesla surgirán otras compañías similares, sea Toyota o una nueva.

Sin importar las fechas, cuando finalmente algo así se venda e, inevitablemente, se compruebe que es mucho más eficiente que la conducción que practicamos durante los últimos 100 años, será el fin del automóvil tal cual lo conocemos. Pasó con las películas, pasó con la música y pasará con los autos. Si hasta lo pronosticó Bill Gates (ver más) que la pegó con la pandemia.

El tema es cuánto tiempo tendremos hasta que nos llegue a nosotros. Ahí venderás tu auto como chatarra (quién va a comprártelo) y harás de tu cochera la habitación de tu próximo hijo.

A vos, que te gusta tanto el volante como a mí, te advierto: andá aprovechando los últimos embates de la conducción (si es con caja manual, mejor). Yo voy a ir viendo qué tal anda el mercado laboral, porque salvo que me compre varios Cybercabs para vivir de ellos o que Optimus trabaje por mí, tampoco habrá nadie que le interese una crítica de algo que ya no existe.

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