Por Martín Simacourbe

En la última década, el Diesel ha retrocedido en todo el mundo a causa de las regulaciones anticontaminantes, pero aún resiste en un segmento del mercado al que Argentina es muy adepta: las pick ups medianas con chasis de largueros.

En estos años, los gasoleros perdieron terreno por todas partes. Casi que desapareció del mercado europeo, donde el Diesel reinaba hace 20 años, pero también en nuestro mercado.

Sacando el mercado de furgones y pick ups medianas, ya no hay prácticamente oferta de Diesel: quedan los multiuso franceses, algunos Jeep y poco más. Incluso las camionetas chicas con chasis monocasco (desde Saveiro a Rampage) y las full size (F-150 o 1500), prefieren el motor naftero.

Como decíamos, aún hay un refugio importante: el de las pick ups medianas, segmento que creció mucho en los últimos años gracias al cerramiento del mercado argentino ante las importaciones.

Y ese nicho, el naftero jamás pudo entrar con fuerzas, pese a la evolución que tuvieron estos motores de la mano del turbo y hasta de la conversión al GNC. La Ranger, que era la única que ofrecía una alternativa, la olvidó con la última generación.

El Diesel está muy arraigado en el cliente de pick ups, sobre todo por el torque a bajas vueltas que ofrece una motorización de este tipo y la durabilidad que ofrece pese a sumar miles de kilómetros en el tablero.

Incluso el downsizing, que tanto padeció la Amarok en sus comienzos, es cosa del pasado. Hoy Ford, Nissan, Renault y la propia VW ofrecen motores de 2.0 y 2.3 litros con casi 200 CV.

Y pese a esto, hay una marca que acaba de patear el tablero. La china BYD presentó la Shark (ver más), la pick up mediana que fabricará en México y llegará en breve a Brasil, con un motor híbrido que reúne un 1.5 turbo nafta y dos eléctricos.

En Brasil, la penetración de la pick ups medianas es baja (allí domina la Strada) y el cliente no es tan fiel como el argentino, con lo cual abandonar el Diesel por una nueva propuesta quizás no sea tan difícil.

Pero al comprador argentino le costará mucho más cruzar esa frontera. Por ahora, BYD no anunció planes oficiales de radicarse en el país y ofrecer la pick up. Pero es cuestión de tiempo, sabiendo además que la automotriz china tiene intenciones de producir la Shark también en Brasil.

La nueva pick up utiliza un naftero 1.5 turbo de 192 CV y dos eléctricos, de 228 CV en el tren delantero y de 201 en el tren posterior. El torque de ambos eléctricos es de 310 y 340 Nm, respectivamente, pero BYD no dio la cifra integral de torque, como para comparar con, por ejemplo, los 600 Nm que ofrece la Ranger V6. Pero sabiendo que la cifra combinada de potencia de la nueva Shark es mayor a 430 CV (la Ranger ofrece 250 CV), es probable que iguale a toda la industria gasolera.

Igualmente, habrá que esperar a manejarla. BYD promete consumos muy bajos, pero hay que ver cuál es la respuesta a bajas vueltas y con carga. No hay que olvidar que por más que se tenga mucha potencia, la presencia de un importante paquete de baterías como la que tiene la Shark suma muchos kilos.

Se sabe que Toyota está trabajando en un híbrido para la Hilux argentina, pero aún no declara cuál es la tecnología que adoptará. En otros mercados, recurrió a un híbrido ligero (ver más), que no cambia demasiado la ecuación. ¿Será que Toyota está barajando otro tipo de combinación?

Finalmente, ¿estaremos ante el principio del fin del motor diesel en el (casi) único segmento en el que sobrevive? El desembarco de BYD, con todo el poder que parece tener la industria china, al menos pone en alerta a todos los que disfrutan de tener un gasolero como aliado.