Nissan presentó hace dos meses la nueva generación del Kicks, un modelo que por ahora solo se venderá en Norteamérica, pero que ya está confirmado que será producido en la planta brasileña de Resende en el segundo semestre de 2025.

Otro dato confirmado es que el nuevo Kicks convivirá con el actual (producido en la misma planta), desdoblando la oferta de Nissan entre los SUV compactos.

Pero, ¿cómo hará la marca japonesa para diferenciar esa oferta? Ahí entran a jugar varios factores, entre los que ya sabemos y algunos que pudimos averiguar, pero no están confirmados.

Además del salto estético que los diferencia claramente, el nuevo Kicks es algo más grande: 6 cm más de largo, 4 de ancho, 2 de alto y 4 entre ejes. Así, con 4,37 metros de largo, el nuevo se posiciona cerca de algunos medianos, como el Jeep Compass (4,40).

Eso se logró con la llegada de la nueva plataforma de la RGMP de la alianza (la misma de Kardian y el futuro Niagara), diferente a la B0 que da vida al Kicks, Duster, Sandero y varios más.

Hay que ver qué sucede con el nombre del actual. Nissan ya hizo convivir a dos Versa en la Argentina, pero cambió la denominación del más antiguo por V-Drive, una política que podría repetirse en el Kicks, para diferenciar ambas propuestas.

El viejo Kicks sufrirá además un rediseño, que veremos qué tan profundo es. Mantendrá las puertas y estructura, pero la imagen podría cambiar lo suficiente como para que, con un nuevo nombre, la marca lo identifique como un vehículo nuevo, capaz de convivir sin problemas con el Kicks de segunda generación.

Para completar la diferenciación, el nuevo Kicks llevará el nuevo motor turbo que Nissan producirá en Brasil. Acá la data no es tan certera: algunos hablan de repetir la receta de Renault con el 1.0 de 120 CV que debutará en el Kardian y otros de un propulsor inédito.