Probamos en Francia el nuevo sedán de alta gama de Peugeot. A fondo con la versión GT de 225 caballos… y una vueltita con el HDi.
Por Matías Antico
La idea era llegar a París, hacer algunas actividades, cubrir el Salón y coronar la semana viajando a Sochaux, la cuna de Peugeot, para tomar contacto con el 508, el nuevo sedán (¿sedán?) de alta gama que llegará a la Argentina posiblemente a fines del año que viene.
Interesante plan, porque los caminos de la zona, en el límite con Suiza, son increíbles. Y la perlita: en la caravana –compartida con otros periodistas de la región– habría también autos del museo para manejar. Ni más ni menos que tres 504 impolutos: un sedán, un Coupé y un Cabriolet. El iniciador de la serie 500, que está festejando sus 50 años, y el último. ¡Éxtasis total!
Pero al ir en tándem y manejando de a ratos cada auto, iba a tener poco tiempo y kilómetros para probar como corresponde el 508. Por lo tanto, hice lo de siempre: le quemé la cabeza a alguien, en este caso a la gente de Peugeot, para tener el auto al menos un par de días para mí solo.
Por eso, casi directo desde el avión de Air France me fui hasta planta de PSA en Poissy, a 32 kilómetros de París, donde me entregaron un 508 GT rojo con motor naftero de 225 CV. El tope de gama. Imponente, original y llamativo ya que todavía no comenzaron las entregas a los usuarios. ¡Con razón lo miraban tanto!
¿A dónde vamos? No sé, para el norte bordeando el Sena y vemos. Después de todo en Francia sobran escenarios para hacer lindas fotos y videos…
Cambiar para sobrevivir
El mundo del automóvil se rindió ante los SUV. No importa el segmento, no importa el precio ni la tradición… todas las marcas tienen que tener una “camioneta” en su gama.
En ese marco, los sedanes o tricuerpo convencionales están en crisis. Sus ventas han retrocedido mientras los SUV en 2017 marcaron un importante incremento de 12% a nivel mundial. Quienes quieran seguir vendiendo autos ejecutivos deberán reinventar sus diseños, refrescar su propuesta.
Peugeot lo sabe. Por un lado la pegó con el 3008, un SUV de líneas indiscutibles que en Francia ya está tercero en el ranking general a pesar de no ser justamente barato. Por el contrario, el eficiente pero desabrido 508 ya venía quedando viejo.
El equipo de Gills Vidal, diseñador “senior” del león, pateó el tablero (de dibujo) y definió nuevas líneas. Bah, fue mucho más allá, cambió el concepto, concibió un auto totalmente distinto.
¿Coupé de cuatro puertas?
El camino a tomar fue similar al del Volkswagen Arteon, que sigue a su vez los pasos del Passat CC: techo bajo y curvo, “mucha chapa-poco vidrio” y trazos con acentuación deportiva. O sea, aires de cupé pero sin dejar de ser un sedán.
Por eso, con nuevas proporciones y tomando la moderna plataforma EMP2, el nuevo 508 ahora es más corto (4,75 metros), ancho y bajo. Y visto de perfil pareciera estar agachado de atrás, agazapado como un felino en guardia.
Personalmente creo que el trabajo de estilo frontal es magnífico. La agresividad de sus líneas no alteran una inconfundible personalidad Peugeot, con la nota original de las guías LED verticales, que pisan el paragolpes y definen una mirada especial día y noche.
La suave caída de la luneta contornea ahora una cola estilo fastback. Ya no hay un pesado volumen trasero y por primera vez en la historia, un serie 500 (504, 505, 508) incorpora portón trasero, que le aporta una amplísima boca de carga al baúl, de dignos 487 litros (mirá nuestro especial con 16 grandes berlinas francesas con portón).
Algunos no dudan en señalar cierto aire Audi A7 en el remate trasero. Dudoso, pero sí toma del 3008 la idea del listón horizontal que integra ambas ópticas.
Un detalle especial: las ventanillas no tienen marco. Un recurso bien de cupé, que también me recuerda a los Subaru de fines de los 70. Espero que la burletería soporte bien el paso del tiempo (por el momento no acusan filtraciones).
Todo sea por la imagen
En el nuevo formato, la funcionalidad ha tenido que ceder terreno al estilo. Los conductores más altos notarán que el techo les queda algo cerca de la cabeza. Más aun los pasajeros traseros, con los que Peugeot no ha sido muy amable. Por un lado hay buen espacio para las piernas, pero cuesta meter los pies debajo de las butacas.
Con el 508 la marca sigue apostando por el i-Cockpit, es decir el tablero en posición alta por sobre el aro del volante. Al haber manejado ya otros modelos de la marca con este recurso, no resulta raro y hay que reconocer que la posición de manejo está más que bien. El cuadro (similar al del 3008) es 100% digital, con diferentes configuraciones para poder ver agujas virtuales, el mapa del navegador completo y otras opciones. Los convencionalistas lo critican y claman por agujas reales. Yo prefiero éste.
La info se complementa con una generosa pantalla central de 10 pulgadas, obviamente táctil pero combinada con teclas físicas para cambiar las diferentes funciones: climatización, multimedia, telefonía, navegación e infinidad de seteos del auto. De esta manera es más fácil encontrar todo y distraer menos la vista del volante que si hubiese que “embocarle” a la pantalla con los dedos (¿me estaré poniendo grande?).
En cuanto al estilo del panel, es tan original como el diseño exterior, y se destaca la calidad de los materiales empleados, con apliques de madera oscura “Zebrano” en esta versión GT y notas de metal en la proporción justa. Por la noche todo está delineado por una guía LED en suave tono azul (creo que se puede cambiar el color pero la ley del menor esfuerzo no me permitió investigar).
Es excelente la calidad de sonido del sistema de audio Focal (de origen francés) y no desentona la climatización, aunque sin comandos traseros para elegir temperatura en la zona.
Aplausos para las butacas, confortables pero deportivas, con mix cuero-alcántara, calefacción y masajes (ambas). Mejor imposible.
Peugeot considera que el usuario difícilmente lleve gente en los asientos traseros. Podría haber sacrificado baúl con el mismo criterio. Sin embargo ofrece generosos 487 litros en un cofre amplio pero no tan profundo. ¿Habrá auxilio por debajo? Ni lo sueñes: un ruedín temporal que tuvimos que usar… pero mejor dejemos la penosa anécdota para consumo interno.
Ah, ya que estamos otro punto en contra es la limitada visibilidad trasera.
Un viejo conocido
No me canso de decir que el 1.6 turbo de PSA (desarrollado junto a BMW) es uno de los motores más eficientes del mercado. Las variantes más modernas en el mercado europeo se denominan Pure Tech y el 508 GT monta la variante de 225 caballos. Es básicamente el mismo impulsor que probé hace poquito en el nuevo 308 GT que se está lanzando en Argentina. También combinado con la caja automática de la japonesa Aisin de 8 marchas (AW F8), que tiene función manual mediante levas y diferentes opciones en el modo automático (Eco, Normal y Sport).
Los 225 caballos llegan a las 5.500 rpm, y el nada despreciable torque de 300 Nm es desplegado a bajísimas 1.900 rpm. Por lo tanto, la entrega de fuerza a medio régimen es contundente y eso explica su agilidad de marcha sin necesidad de llevar el cuentavueltas (de escala invertida) muy arriba.
Quizá alguno me va a decir que ya me paso de exigente, pero en las sensaciones no es una mecánica deportiva, picante. Los números, de todas formas, indican un muy buen rendimiento: 7,3 segundos para el “cero-cien”, según Peugeot, y una máxima de 250 km/h, que lamentablemente al no pasar a Alemania con el auto no pudimos verificar.
Y también diésel
Un par de días después, en las rutas próximas a Sochaux, pude manejar el diésel, que es el conocido 2.0 en versión BlueHDI (inyecta AdBlue en el catalizador SCR del sistema de escape). Con 180 caballos, una destacable suavidad de funcionamiento y muy buena entrega en baja y medio régimen, es un diésel correcto y también anuncia auspiciosas prestaciones: 0 a 100 en 8,3 segundos y una máxima de 235 km/h, además de un consumo medio de 4,7 litros y urbano de 5,9 litros.
En el uso real no gasta tan poco pero los números que tiraba la computadora del tablero eran muy buenos, y estaban haciendo rendir el tanque de 55 litros (podría tener algunos más). Pequeño detalle: la caja de este BlueHDI también es la automática de 8 marchas, y el resto del auto, al menos en las versiones GT que nos tocaron, es exactamente igual.
Suspensión a tono
El comportamiento dinámico ha sido siempre una de las virtudes de los autos Peugeot y este 508 no es la excepción. Todo lo contrario, ya que la suspensión trasera multibrazo tiene un diseño sofisticado y es mucho más eficiente que el eje torsional semi-independiente de 308 y 3008.
No se sienten asperezas y esta versión GT se beneficia de la amortiguación de dureza variable automática, que garantiza un satisfactorio confort de marcha aún con neumáticos de perfil muy bajo. Así lo comprobamos en algunas rutas vecinales desparejas y en los empedrados parisinos, que claramente no son los nuestros…
Ágil, confortable y sólido, manejar este 508 es un placer, no dan ganas de bajarse (y menos si llevamos activados los masajes de la butaca). En autopista va con el aplomo de un alemán. Y dibuja una sonrisa la tremenda precisión con que se lo puede llevar a ritmo alegre en rutas angostas de montaña –por las que anduvimos y mucho–, de esas en las que no sobra un centímetro a lo ancho y que no dan tiempo a confusiones porque podríamos terminar en el chapista (un auto de la caravana terminó yendo).
Por sus dimensiones, en ciudad podría ser torpe pero es al revés. A baja velocidad la dirección está bien asistida, es directa (da pocas vueltas de punta a punta), y con un volante bien chico los movimientos son rapidísimos. Al final, resulta tan maniobrable como un auto más chico.
Alta seguridad
Todavía EuroNCAP no chocó el 508, por lo tanto se desconoce el nivel de protección, pero todo indica que obtendrá las cinco estrellas.
Y como esto es un contacto, no probé a fondo los frenos ni el control de estabilidad, sistemas que dejan advertir un impecable funcionamiento.
El elevadísimo nivel de seguridad viene de la mano de las ayudas a la conducción, que utilizan cámaras, radar y sensores:
-Visión nocturna. Es el primero en este segmento en adoptar esta tecnología que mediante tecnología infrarroja permite visualizar todo lo que pasa delante del auto (en el tablero, que a su vez es una pantalla), incluyendo detección de peatones y animales.
-Freno activo. Adopta la última versión del sistema, que funciona hasta 140 km/h y puede frenar autónomamente si detecta peatones o ciclistas.
-Control de crucero adaptativo. No sólo permite regular la distancia al auto precedente en ruta o autopista sino que ahora también puede arrancar y frenar en embotellamientos sin la intervención del conductor.
-Reconocimiento de señales. Puede ver y comprender señales de velocidad máxima y ahora también de stop, contramano, etc.
Y por supuesto también incluye mantenimiento en el carril, alerta de ángulo ciego, detector de cansancio y luces altas (de impresionante poder) automáticas para evitar encandilamientos.
Con esta parafernalia de sistemas, está a un pasito de la conducción autónoma y sin dudas aparece como uno de los autos más seguros del mercado.
Demorado
Las turbulencias económico-financieras de nuestro país han modificado muchos planes de lanzamiento. Uno es el del 508, que posiblemente se demore hasta fines de 2019 o inicios de 2020.
En Europa se empieza a entregar en estos días a precios de entre 27 y 45 mil euros, en una gama que también incluye una versión HDI de 130 caballos y una PureTech de 180. Y no olvidamos la rural SW, que está haciendo su debut ahora mismo.
Y si bien el 508 se mostró por primera vez en Ginebra (en marzo), acá, en París, está exhibiendo su próxima gama híbrida, que utiliza el naftero de 180 CV más un motor eléctrico que le otorga una potencia combinada de 225 caballos y una interesante autonomía ya que es tecnología plug-in (las baterías son de litio y toman energía de la red).
Conclusión
La primera impresión con el 508 fue más que satisfactoria. Un producto “redondito” al que quizá le falte una mecánica más potente, que podría venir con una variante híbrida integral de 300 caballos. Pero en materia de estilo, calidad, seguridad y placer de conducción tiene armas para pelear un lugar de privilegio, al menos en el mercado de sedanes ejecutivos “con onda”.
No sé si los alemanes le tendrán algo de miedo. Quizá no. Pero no hay dudas de algo: al menos en Europa, es el auto del momento.
2 comments
2 Comments
Daniel darti
11 octubre, 2018, 8:50 amComo siempre exelente informe,lástima que en esta región las rurales tradicionales No son viables ,consideró que la versión sw es aún más linda y armónica.quiero trabajar con ustedes son un gran equipo!!!!
REPLYJavier Mazzaglia
11 octubre, 2018, 3:41 pmLa verdad, soñado. Trabajo para la marca y los últimos lanzamientos están sonando fuerte. Una lastima que los costos de importacion sean tan altos y hagan que estos juguetes sean casi inalcanzables (sin olvidarnos de que hay que esperar a que lleguen y hacer fuerza para que pase!). Ojalá se logre levantar la planta de Palomar y poder producir la próxima generación de 308/208/2008 con la emp2. La exportacion al mercosur nos haría poder recibir verdes frescos y ofrecer valores mucho mas competitivos como pasa con nuestros amigos de toyota. Impecable tu laburo Mati como siempre, abrazo!
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