Por Martín Simacourbe

Hace unos días, el gobierno nacional por fin promulgó el decreto que actualizó los valores a partir del cual los automóviles pagan el llamado impuesto al lujo (ver más). La primera escala quedó en unos 28 millones (la cifra precisa es antes de otros impuestos) y la segunda en 62 millones, lo que posibilitó que buena parte del mercado deje de pagarlos.

Así, las listas oficiales volvieron a publicarse paulatinamente. Aún faltan los precios de Chevrolet, Renault y la gama SUV de Ford, pero el resto de las que venden en pesos ya difundió sus nuevos valores.

El casi fin de mes puso las cosas difíciles para varios, porque en pocos días deberán actualizarlos de nuevo. Por ejemplo, la lista de VW es solo válida hasta el 10 de febrero, con lo cual pronto tendremos nuevos valores con la inflación correspondiente.

Dicho esto, cuando se repasan estos nuevos precios, aparecen muchas incoherencias con valores de versiones que ya no están distorsionadas por la proximidad del impuesto, lo que hacía que varias opciones se agolparan cerca de un mismo valor tope.

Si vamos a los vehículos más baratos, por ejemplo, en la ex PSA, un Citroën C3 (16.0 M) cuesta más que un Peugeot 208 (15.8 M), ambos tomando el modelo base. Y un C4 Cactus (básico también) cuesta menos que un Berlingo (17.2 vs 18.5 M).

En Fiat pasa algo similar, porque un Pulse (17.8 M) cuesta menos que un Cronos (18.1 M), ambos base también. Además, entre el Pulse base y el intermedio (18.4 M) hay menos de 600 mil pesos, mientras que entre el intermedio y el siguiente (26.0 M) hay casi 8 millones de diferencia.

Con el Corolla pasa algo similar: Entre base (18.3 M) e intermedio (19.0 M) hay menos de 700 mil pesos y entre el intermedio y el full (27.5 M), siempre hablando de la gama naftera, hay más de 8 millones de diferencia, siendo que ninguno paga el impuesto.

Con el Corola Cross la cosa es mucho más simple, porque la gama naftera tiene saltos muchos más lógicos entre esas mismas tres versiones nafteras (están entre 22.7 y 28.1 M).

No sabemos aún si el Cruze pasará esos 28 millones, pero mientras el Corolla está por debajo (y con el base cerca de 18 millones), en Nissan el Sentra está por encima del impuesto interno, con una gama que arranca en 34 millones.

Toyota tiene más ejemplos extraños, porque el Yaris (entre 15.1 y 18.3 M) tiene ocho versiones apiñadas en apenas 3,3 millones (como sucedía cuando el impuesto lo topeaba), pese a estar ahora nada menos que 10 millones abajo de la primera escala del impuesto.

En Renault, al menos lo que se informa en la página, las Duster Intens 1.6 CVT e Iconic 1.3 turbo CVT cuestan lo mismo (19.980.700 pesos, pese a las diferencias de motor y equipamiento), algo que se daba antes (como en el caso del Yaris), pero que no tiene sentido 8 millones por debajo de la primera escala.

En Jeep, cinco versiones del Compass (entre 39.8 y 40.5 M) se agolpan en menos de 700 mil pesos, pese a estar 22 millones abajo de la segunda escala del impuesto.

Seguramente, con los precios de febrero estos valores comiencen a normalizarse, sabiendo además que ya empezó el festival de bonificaciones, tratando de atraer clientes que están espantados con los incrementos inflacionarios de los últimos meses.