Un intenso recorrido de asfalto y off road sirvió para sacar las primeras impresiones sobre un vehículo conocido, pero que ahora se produce en Córdoba.
Nissan presentó en Bariloche la Frontier producida en Córdoba (ver precios y versiones). Con ella, quiere lograr un 10 por ciento del segmento de las pick up (que hoy representa algo más de 75.000 unidades) en el término de dos a tres años.
No le será fácil competir contra jugadores establecidos, a los que se agregarán las compañeras planta de Renault y Mercedes. Pero gracias a la experiencia del producto, el éxito de la marca en otros mercados y una estrategia de crecimiento a la japonesa (pausada pero constante), la Frontier suma argumentos para crecer en nuestro mercado.
La gama (se completará a comienzos de 2019) será de nueve versiones, entre ambos motores (a la biturbo de 190 CV se suma pronto la versión con un turbo y 160 CV), las dos cajas, los dos tipos de tracción y cuatro niveles de equipamiento, siempre con carrocería de doble cabina.
Por eso aprovechamos que durante el lanzamiento, Nissan dispuso una interesante cantidad de unidades para que la prensa hiciera el test drive. Un recorrido algo mayor a los 100 km, pero que incluyó tramos de asfalto en los alrededores de Bariloche y algo de off road.
Más allá de algunos ajustes, la Frontier argentina es el mismo vehículo que desde hace casi tres años Nissan estaba importando de México.
No hay grandes modificaciones en el chasis de largueros (con el valorado sistema de suspensión trasera independiente) ni en la motorización, pero un cambio de locación no es poca cosa, aun en estos tiempos de procesos de calidad globales.
Inusual para esta época, nevó copiosamente un día antes, lo que modificó el paisaje, pero no tanto los caminos como para tener un fuera de ruta aun más intenso. En ese trayecto, tanto el chasis como el sistema de tracción de la Frontier volvieron a demostrar su eficiencia. Lo único que debe, hilando fino, es el bloqueo manual del diferencial, algo que se activa automáticamente.
Nissan dice haber modificado las suspensiones para lograr aun más confort que la que entregaba la mexicana. Es algo que se valora mucho en zonas complicadas (a la hora del rebote del tren posterior) y, sobre todo, para los que viajan atrás.
Pero en términos dinámicos, la Frontier queda por detrás de una Amarok (la referencia en este sentido). Si bien en este tipo de contactos uno no puede llevarla al límite, muestra algunas inclinaciones en curvas y en procesos de aceleración al estilo S10.
Sin llegar a la brutalidad de la Ranger en las maneras, es una pick up de las de antes, lejos del confort del producto de VW, aunque el trabajo del tren posterior se nota a cada momento. La caja (casi todas las unidades eran automáticas) es del tipo CVT, que come algo de potencia en procesos de recuperación, pero al pisar el pedal a fondo deja salir todo el poder de los 190 CV.
En el andar citadino o sin grandes exigencias, la Frontier, como dijimos, es muy confortable, y en eso también colabora la caja, con un suave pasaje de las marchas, y la dirección con una asistencia agradable.
Sin embargo, la mayor evolución de la Frontier se da en términos de seguridad. Paga la deuda de los airbags laterales y de cortina, el quinto apoyacabezas, el isofix y el detector de objetos a través de la cámara trasera. Sigue por detrás de la Ranger, que ofrece mantenimiento de carril y control crucero adaptativo, pero estos elementos no le representaron una mejora en las ventas al producto de Ford como para que los clientes sientan que a la Nissan le falten cosas (al menos en el tope de gama).
También hay una nueva pantalla táctil, el exclusivo techo corredizo (lo sumará su gemela la Alaskan, pero serán las únicas), la cámara 360° (son cuatro las que entregan buena información, aunque con una visualización muy mejorable) y una buena calidad de terminación acorde a los estándares del segmento, con una mejorada insonorización.
Los únicos elementos que quedaron en el camino en la relocalización se ven en la caja. Ya no tiene la pintura protectora y en su reemplazo hay un cobertor plástico de una calidad mejorable y desaparecieron los prácticos ganchos con corredera que eran toda una novedad en el segmento.
Lo que menos me gustó fue la posición de manejo, producto de una butaca (eléctrica) que parte de una base muy alta y un volante que no regula en profundidad. Las plazas traseras son muy amplias, pero el asiento no es de los más cómodos por altura e inclinación, algo que es crítica en casi todas las pick ups.
Más versiones, más disponibilidad de unidades, una red comercial que crece y más posibilidades de financiación (con plan de ahorro incluido) harán de la Frontier una jugadora de peso en el mercado nacional. No será hoy, no será mañana, pero Nissan está dispuesta a replicar en la Argentina lo que ya logró en la mayoría de los mercados de Latinoamérica: estar entre los tres primeros en ventas.
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