En 1980, IME, la empresa estatal que producía el Rastrojero, cerró sus puertas tras la decisión del gobierno militar de achicar varias áreas del Estado (ver más). Sin embargo, su discontinuación no fue el final de la pick up nacional.

Tres años después, la empresa santafesina Lo Giúdice-Pace adquirió el remanente de la producción que se realizaba en Córdoba y comenzó a ensamblar el modelo en Villa Gobernador Gálvez, así como también el camión Frontalito.

Con una democracia incipiente y el corte de las importaciones, el Rastrojero regresó como LGP Diesel, con el motor Indenor que producía Borgward y el diseño anterior al del modelo final producido por IME (el de doble parrilla), acompañado de la caja de madera. Algunas fotos de unidades usadas prueban esto, aunque no hay ningún material digno del LGP.

Se proyectaron unas 15 unidades mensuales con unos 30 operarios, pero la empresa sufrió múltiples inconvenientes para el uso de la marca y las matrices una vez que se fue acabando el stock. De hecho, los últimos motores Borgward provinieron de Uruguay. Todo devino en una pronta discontinuación que se dio hacia el año 1986.

El segundo y último regreso del Rastrojero se inició en 1989, gracias a que la firma Imetal, perteneciente a Massey Ferguson, comenzó la producción de la marca Ranquel en San Juan, que otra vez incluía la pick up y al camión frontal.

El Ranquel sí tenía el diseño de parrilla del último Rastrojero, pero adoptaba nuevas ópticas y un interior bastante renovado. Había opciones de caja metálica o de madera.

El motor diesel volvió a ser de origen Borgward, pero esta vez era el VM de 2.4 litros y 70 CV que también utilizaron el Falcon y la Ranchero. Con el cese de la licencia para producir esos motores en el país, pocos Ranquel llevaron este propulsor y muchos equiparon el Perkins o el Indenor de 2.3 litros que montaba la pick up del 504.

La estimación inicial era producir 1.000 unidades anuales, pero apenas se alcanzó esta cifra en todo el ciclo, que duró hasta 1995. Las dos hiperinflaciones de esos años se llevaron puestas a algunas automotrices (ver más), pero Imetal continuó la producción. Sin embargo, la apertura de importaciones una vez instalado el Mercosur, le puso las cosas muy difíciles a un modelo que había sido desarrollado a fines de los sesenta.