Las terminales que fabrican autos en el país destinarán una versión al programa “precios justos”. A cambio, el gobierno libera importados retenidos.
Por Martín Simacourbe
En una insólita medida para contener los números inflacionarios, el Gobierno Nacional y las automotrices radicadas en el país acordaron el congelamiento de precios de una única versión por terminal por el término de 60 días.
A cambio, el estado se comprometió a liberar unidades importadas que están retenidas en la aduana y que ya suman más de 60 días sin poder ser comercializadas en el mercado argentino.
Otra de las “ganancias” para las terminales fue la actualización del impuesto interno, que les permitirá sincerar (aunque sea un poco) los valores de muchísimas versiones que estaban topeadas en 8.100.000 pesos. El nuevo tope se fijó en aproximadamente 10.500.000 pesos (el monto es antes de impuestos, de allí que no hay un valor fijo).
Las versiones y modelos que ingresan a esta suerte de “precios justos” son los Citroën Berlingo, Chevrolet Montana LTZ, Fiat Cronos Like, Ford Ranger XLS, Nissan Frontier S, Peugeot Partner, Renault Alaskan Emotion, Toyota Yaris y Volkswagen Polo Track.
Veremos con el correr de las horas cuál es el valor que tendrán estas versiones, si el mismo que mostraban en agosto o uno nuevo, sin el impacto que las terminales buscaban que tengan en septiembre.
En general, las marcas optaron por utilitarios, que justamente no pagan el impuesto al lujo, con la salvedad de Fiat, Toyota y Volkswagen (aunque estas últimas tienen las Hilux y Amarok nacionales) con tres modelos que están por debajo del gravamen.
Con las listas congeladas, el gobierno podrá “sacar chapa” de que los autos no aumentaron, pero de ahí a que el cliente las encuentre al precio publicado o que estas versiones estén disponibles, es una historia muy distinta.
Otro parche más y van. El tema es que el agua de este Titanic ya está llegando al cuello.
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