La última unidad fue producida en la planta mexicana de Puebla, tras más de 21 millones de ejemplares. Breve repaso a la historia de un mito.
La breve historia del Escarabajo marca que fue encargado en 1933 por Adolf Hitler a Ferdinand Porsche. Tres años después estaba listo y en 1937 se levantó la planta de Wolfsburgo que lo produciría con la marca Volkswagen y el nombre KDF.
La guerra determinó que el sedán fuera reemplazado en las cadenas de montaje por vehículos militares. Aun así, unas 600 unidades fueron construidas, pero lejos estuvieron de ser el auto del pueblo: terminaron en manos de altos funcionarios del gobierno Nazi.
Con la derrota alemana, el gobierno británico se hizo cargo de la planta y recién el 27 de diciembre de 1945 el Escarabajo como tal volvió a ser producido en serie. De allí en más su éxito fue imparable, tanto en Europa como en Estados Unidos, Brasil o México.
En 1951 ya se exportaba a 29 países y dos años más tarde llegó a Brasil, donde el Fusca tuvo una particular historia: dejó de hacerse en 1986, pero siete años después, el presidente Franco instó a que se volviera a producirse (ver más), algo que duró hasta 1996.
En México, el Vocho comenzó a ensamblarse en 1955 y 12 años después comenzó la producción en la nueva planta de Puebla, la que vio salir al último Escarabajo de la historia un 30 de julio de 2003.
El denominado Ultima Edición, que se vendió incluso en una tirada limitada en la Argentina, se produjo en una cantidad de 3.000 ejemplares. La unidad 2997 fue destinada al museo de la planta, la 2998 (en rojo) se lo quedó un directivo de la marca, la 2999 está en el Vaticano y la última, que llevó la placa de 21.529.494 unidades construidas, está en el museo de Wolfsburgo.
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