Contacto: Citroën C5 Aircross Feel Pack THP 165

Nos subimos al rediseño del Citroën C5 Aircross, que estrena una renovada trompa y una nueva pantalla multimedia, sin tocar la mecánica.

Por Martín Simacourbe
Fotos: M.O. y Prensa Citroën

Desde la llegada de Stellantis, Citroën está rediseñando toda su estrategia. En el segmento inicial presentó el nuevo C3, un producto que apunta a un público masivo (con el que quiere mejorar su participación en la Argentina y Brasil), pero alejado de lo que perseguían las anteriores generaciones: distinguirse por equipamiento o diseño.

En paralelo, si bien la oferta Europea también se está acomodando a algo más esencial en cada segmento, permanecen vehículos de la vieja camada, como este C5 Aircross, que sigue teniendo la calidad de terminación, el confort de marcha y algunas soluciones ingeniosas como sólidos argumentos de compra.

A casi tres años de su aparición, el SUV presenta el clásico rediseño de mitad de vida, que sin alterar la mecánica, modificó la estética delantera e interior, con lo cual un simple contacto servirá para reafirmar lo ya expresado en nuestro test de 2020 (ver prueba).

En cuanto al diseño, pareciera como que la marca también está en ese limbo en el que no se define del todo para qué lado apunta. En este C5 Aircross, la mirada cambió por completo: adiós a los faros en doble piso y los chevrones uniéndose con las ópticas con los que la marca innovó no hace mucho y que incluso veremos en el nuevo C3 Aircross que llega a fin de año (ver más).

Solo se mantuvieron los faros, ahora en una única pieza, en forma de X, unidos por una curiosa línea punteada que va hasta el logo. Logo que ya le dio paso al nuevo (ver más) y que pronto llegará a las parrillas de los próximos modelos.

Si gusta más o menos es cuestión opinable. Lo que sí, se despegó por completo del resto de los Citroën a la venta en la Argentina, con lo bueno y lo malo del caso. El resto permanece inalterado, con el airbump de contorno cromado en el zócalo como distintivo principal.

Por dentro se mantiene un ambiente de muy buena factura, con plásticos de calidad y una insonorización bien lograda. Los cambios también son sutiles y se suscriben al centro de la plancha, donde aparece una nueva pantalla táctil flotante y las salidas de aire salen de los laterales de esta para quedar en la base, casi disimuladas antes de la botonera con la que se accede a las principales funciones.

Estéticamente, la nueva pantalla quedó mejor, pero perdió algo de tamaño, pese a ser más grande. ¿Cómo es esto? Ahora, la temperatura está siempre visible en los costados (un dato innecesario para tener siempre a la vista), limitando la imagen de la cámara, el espejamiento del celular o lo que fuera que muestra la zona central. Igualmente, entrega una buena resolución y rapidez en la respuesta.

La otra novedad es que la selectora dejó la tradicional palanca para adoptar una idéntica a la que tuvimos hace poco en el DS 4 (ver prueba). Es una simple tecla que se mueve en vertical para seleccionar las distintas marchas, con el parking por botón. Para los que gustan de lo manual, hay unas tremendas levas tras el volante.

Con eso también cambió el seleccionador de modos de manejo (activa el Grip Control que mejora la adherencia en terrenos complicados) que antes era una ruedita y ahora es una botonera. Y se sumó un práctico cajoncito que permite acomodar el celular en vertical.

Lo mejor del interior sigue igual y son los butacones delanteros (lo más parecido al sillón de tu casa en el mercado argentino) y la modularidad de las plazas traseras, que cuenta con tres butacas que individualmente pueden correrse e inclinarse. Son estas el mejor homenaje a los monovolúmenes que supo tener la marca en este segmento (los Xsara y C4 Picasso) y que tanto extrañamos.

Completa un baúl muy generoso con casi 600 litros y la ya mencionada posibilidad de ampliarlo gracias a la modularidad por tercios del banco trasero. Por debajo, hay un ya clásico auxilio temporal.

Lo más flojo es el tablero, que pese a ser digital, tiene caracteres pequeños y no modifica mucho las vistas, aunque la data está, con visualización de la computadora y la data de las ayudas a la conducción incluida.

El equipamiento tiene algunas lagunas, pero la explicación es que esta versión Feel Pack se ubica como un intermedio entre los 3008 (primo hermano del C5) base y full. Por ejemplo, no hay butaca eléctrica, estacionamiento asistido, portón eléctrico o control crucero adaptativo, pero sí tiene techo panorámico, cargador inalámbrico, tapizado en cuero y alcántara, frenado autónomo, punto ciego y mantenimiento de carril. Ya que hablamos de seguridad, la frenada demandó algo más de 40 metros, una cifra no del todo elogiable.

La combinación mecánica sigue siendo el 1.6 THP de 165 CV combinado con la caja automática de seis marchas, un conjunto que ofrece buenas prestaciones (acelera en 10 segundos y recupera en 7) y consumos contenidos en ruta y autopistas (casi 7 y 9 l/100, respectivamente), pero elevados en ciudad, donde supera los 12 l/100, algo bastante habitual en los SUV medianos.

El comportamiento es el típico de la marca, con orientación al confort de marcha por sobre el desempeño dinámico, con una suspensión, dirección y tenida suaves, que invita a recorrer grandes distancias con una elevada cuota de placer al volante. El único pero viene por el lado de la sequedad del tren posterior cuando el amortiguador retorna de un bache o lomo de burro, aunque lo notamos un poco atenuado con respecto al anterior C5.

Incluso se le anima a alguna condición adversa gracias a los modos de manejo, pero lejos de los que puede ofrecer un verdadero 4×4, no solo por la tracción sino por los neumáticos y el despeje.

Hablar de precios siempre es complicado, porque más allá de lo que mencionamos de su condición de “intermedio” entre las propuestas de la ex PSA, por el tope impositivo, este C5 Aircross cotiza lo mismo que el 3008 full (y lo mismo que un 5008 de siete asientos para demostrarle lo trastocado que está todo).

Son 17.676.100 pesos, que seguramente tampoco sea lo que te pida el concesionario para abrochar la operación. Lo bueno es que ese sobreprecio lo vas a poder manejar de otra manera sabiendo esto que te contamos.

Lo mismo vale con respecto a la competencia (Equinox, Territory, Compass, 3008, Koleos y Taos, entre otros), que tiene valores similares, exceptuando al Toyota Corolla Cross, que está un paso por detrás en términos de calidad, pero que también es un rival a tener en cuenta.

¿Vale la pena este renovado C5 Aircross? Si estás buscando mucho equipamiento, quizás no. Pero si la premisa es viajar con mucho confort, puede que sea la mejor de las opciones.

A favor
Calidad interior
Modularidad posterior
Conforet de marcha

En contra
Faltantes de equipamiento
Auxilio temporal
Unica versión

FICHA TECNICA
Cilindrada: 1.598 cm3
Potencia: 165 CV a 6.000 rpm
Torque: 240 Nm a 1.400 rpm
Caja: automática de seis marchas
Tracción: delantera
Frenos: discos ventilado/disco
Suspensiones: McPherson/Eje semi rígido
Dirección: Eléctrica
Neumáticos: 235/55 x 18″
Largo/Ancho/Alto: 4,500/1,840/1,689 m
Peso: sin datos
Baúl: 580 litros
Tanque: 53 litros

EQUIPAMIENTO
Acceso y arranque sin llave
Airbags frontales, laterales y de cortina
Alerta de punto ciego
Cargador inalámbrico de celulares
Climatizador bizona
Control crucero
Encendido automático de luces
Faros led
Frenado automático de emergencia
Freno de mano eléctrico
Llantas de aleación
Mantenimiento de carril
Pantalla táctil con cámara
Reconocimiento de señales
Sensor de estacionamiento del/tras.
Sensor de lluvia
Tablero digital
Tapizado de cuero y alcántara
Techo corredizo panorámico
Volante con doble regulación

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