En medio de la revolución eléctrica del automóvil, los combustibles sintéticos aparecen como el último eslabón para mantener con vida a los motores a combustión. De hecho, constructores alemanes lograron que no sean prohibidos a partir de 2035, pese a que la norma los dejaba afuera en un primer momento (ver más).

En medio de la polémica sobre si serán una alternativa válida cuando se pueda normalizar su uso (Porsche está a favor y VW en contra, pese a ser del mismo grupo), Stellantis salió a respaldarlo fuertemente, pese a que sus planes de electrificación siguen intactos.

Lo que busca el grupo dueño de Citroën, Fiat, Jeep y Peugeot, entre otras marcas, es que los motores desarrollados para la norma Euro 6 (de 2014 en adelante), puedan reducir las emisiones un 90 por ciento gracias al uso de este tipo de combustibles.

Para ellos, Stellantis está probando el e-fuel en 28 familias de motores, con el potencial de llegar a 28 millones de vehículos que actualmente circulan por todo el mundo.

Según el grupo, “la amplia adopción de e-fuels ofrecería a los clientes con vehículos a combustión existentes una opción fácil y accesible para descarbonizar sus vehículos sin necesidad de reemplazarlos, actualizar el sistema de combustible del motor o esperar una nueva red de infraestructura”.

Esto no cambia los planes de Stellantis en cuanto a la nueva generación de autos eléctricos: “si bien nos mantenemos firmes en la ejecución de nuestra agresiva estrategia de electrificación, también debemos encontrar alternativas inteligentes para abordar las emisiones de CO2 de los 1.300 millones de autos ICE existentes”, señaló Carlos Tavares, CEO de del grupo.