La rural del Mini nació en 1960, con el nombre Countryman (denominación usada años más tarde para el SUV) o Traveller. Estiraba el largo total y agregaba dos puertas batientes traseras para acceder al espacio de carga.

El nombre Clubman nació en 1969 para denominar a un rediseño del Mini, que incluía la versión hatch tradicional y también la rural, que se llamaba Estate. Ese modelo fue reemplazado en 1980 por el Austin Metro, mientras el Mini original continuó hasta finales de siglo (ver historia).

Sin embargo, de la mano de BMW, Mini recuperó la denominación Clubman para nombrar a la versión familiar que debutó en 2005. Además de la típica doble puerta trasera, el nuevo Clubman sorprendió con una única puerta lateral trasera del tipo suicida para acceder a la segunda fila de asientos.

La nueva generación, lanzada al mercado en 2015 (y que se vendió en la Argentina entre 2016 y 2019), dejó de lado esa particular solución para ofrecer dos puertas laterales traseras convencionales, sin olvidar la doble puerta batiente para acceder al baúl.

Como venimos siendo testigos, las carrocerías fuera de lo común tienen cada vez menos aceptación en la industria y el Cluman no es la excepción. Mini ha decidido dejar de fabricarlo y la última edición será una limitada a 1.969 unidades, para homenajear el año en el que debutó ese nombre.

El Final Edition estará disponible en Europa en varias opciones, con motores nafta o diesel, tracción simple o integral y en colores blanco, negro o plata.

Así, una de las pocas familiares que aun sobrevivían en el mercado europeo se despide de cara a la reconversión eléctrica que está sufriendo la marca británica.