El SUV híbrido de Mazda tiene dos particularidades: por un lado, utiliza un motor rotativo y por el otro, el eléctrico es el único que mueve las ruedas.
Los motores rotativos tuvieron auge en los setenta gracias a NSU (ver más) y la propia Mazda, pero los problemas de confiabilidad lo llevaron a desaparecer hace una década.
Ahora, la marca japonesa lo trae de regreso, pero para una misión diferente: alimentar a las baterías que impulsan un motor eléctrico, algo similar a lo que Nissan hace con la tecnología e-Power que llegará este año a la Argentina (ver más).
El rotativo es un 0.8 de 75 CV y 116 Nm entra en funcionamiento únicamente para alimentar las baterías, que le permiten circular con cero emisiones hasta por 110 km. El eléctrico entrega 170 CV y 260 Nm. Es el eléctrico el único encargado de movilizar las ruedas delanteras que dan tracción al MX-30.
El resto de la gama del SUV japonés es eléctrica, con un motor de 143 CV y una autonomía de 200 km, la cual se amplía mucho (Mazda no difundió el dato) en esta opción híbrida denominada e-Skyactive R-EV.
El MX-30 mide 4,40 metros de largo, justo en el límite entre los compactos y los medianos y tiene una carrocería con la particularidad que las puertas traseras abren contrarias a la marcha, como en la anterior Strada, por ejemplo. Al no contar con pilar central, el acceso al interior es mucho más amplio.
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