Ya desde los años sesenta Mercedes pensó en tener un modelo compacto en su gama. Pero a diferencia de BMW, que lo concretó con la línea 02 en 1966, la marca de la estrella no activó seriamente su plan hasta mediados de la década siguiente.

El alto valor del petróleo y la aparición del primer y moderno Serie 3 en 1975 llevaron a Mercedes a desarrollar un vehículo de menores dimensiones a la que estaba acostumbrada.

En 1978, la marca de Daimler aprobó el proyecto y el 8 de diciembre de 1982 fue presentado oficialmente el 190, denominación que tomaba el modelo conocido internamente como W201.

Debutó con un motor 2.0 de 90 CV (122 CV en el 190E), que luego se vieron enriquecidos con el 190D gasolero (72 CV) y un 2.3 de 185 CV para las versiones más deportivas.

Medía 4,42 metros de largo (22 cm menos que el W123, el predecesor de la Clase E), 1,68 de ancho, 1,38 de alto y 2,67 entre ejes, con un baúl de 385 litros.

Sus líneas causaron rechazo inicialmente, debido a su baúl alto y corto, pero luego fue ganando adeptos y hoy es uno de los modelos más valorados de la historia de la marca. Su particular diseño estaba basado en un fuerte trabajo aerodinámico, con un coeficiente de solo 0,34.

Pese a algunos retoques menores, se mantuvo sin cambios estéticos importantes durante sus diez años de vida. Fue vendido únicamente con la carrocería sedán pese a que BMW ofrecía un descapotable y hasta una familiar en su Serie 3 de segunda generación (que también apareció en 1982).

En 1989 se mostró un prototipo de la versión cabrio que estaba lista para ser comercializada, pero por distintos motivos, Mercedes no avanzó en su desarrollo.

El 190, con más de 1.8 millones de unidades producidas en dos plantas alemanas, fue discontinuado en abril de 1993, cuando el primer Clase C (ya lleva cinco generaciones) irrumpió como su sucesor.

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