Por primera vez no tendrá un sedán en la gama, aunque la sexta generación mantiene el estilo exterior, el motor bóxer, la caja CVT y la tracción integral.
La sexta generación del Subaru Impreza fue revelada en el Salón de Los Angeles con algunas novedades y otros elementos que se mantiene fiel a la historia del modelo.
Una sorpresa es que, por primera vez, el Impreza no tendrá una carrocería sedán en la gama, algo reservado al WRX, que el año pasado estrenó su segunda generación (ver más) y tiene un diseño propio.
El hatch será el único disponible y pese a que hay cambios en todos los sectores, cuesta determinar que no se trata de un fuerte rediseño. Por dentro, como viene ocurriendo con otros Subaru, la pantalla táctil pasa a ser vertical.
En Estados Unidos habrá dos variantes mecánicas, ambas con el clásico motor bóxer de cilindros opuestos. El primero será un 2.0 de 152 CV y el segundo un 2.5 de 182 CV. La caja será una CVT y la tracción, por supuesto, a la cuatro ruedas.
Su llegada a la Argentina parece poco probable. Más allá de los continuos problemas para importar, el Impreza ya había dejado de estar disponible cuando la marca se enfocó en las versiones aventureras. Los únicos sobrevivientes son los XV, Outback y Forester.
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