Aunque Dacia nunca llegó oficialmente al país (lo hizo a través de un importador en los noventa), sus productos sí lo hicieron de la mano de Renault y hoy son parte de la columna vertebral de la oferta en la Argentina.

Por eso, conocer lo que la marca rumana plantea a futuro puede ser una ventana de lo que veremos en los próximos productos del rombo pensados para mercados emergentes.

El Manifiesto no se va a fabricar en serie, pero muestra su visión de un automóvil esencial, desenfadado, robusto, accesible y ecológicamente eficiente, según las propias palabras de la marca.

Este laboratorio de ideas, como lo llama Dacia, es una reencarnación del Renault Rodeo (ver más) competidor del Citroën Mehari. No tiene puertas, ventanas o parabrisas y mide tan solo 3,6 metros de largo. El portón trasero se reemplaza por un área de trabajo. Y todos esos faltantes contribuyen a la reducción de peso.

Por dentro, aparecen solo dos asientos y toda la información se visualiza a través del propio smartphone del usuario. Apenas una pantalla detrás del volante informa lo básico. La consola está revestida en corcho y es posible pinchar elementos allí.

El Manifiesto también tiene algunas soluciones que los futuros Dacia podrían adoptar en un futuro. La iluminación es a través de un único faro, que además puede extraerse como una linterna.

Sus cualidades off road se ven en los neumáticos sin aire y antipinchazos, la tracción integral (Dacia no habla de propulsión, pero estimamos es eléctrico), los asientos con telas removibles (se pueden transformar en bolsas de dormir), la batería removible para alimentar una tienda de campaña y la capacidad del interior de ser lavado sin problemas.

La mayoría de los plásticos provienen de materiales reciclados y no hay cromados en el interior, mientras que el techo tiene una enorme portaequipajes y el resto de la carrocería tiene varios puntos de anclaje, incluido un malacate en la zona delantera.