La marca británica destinará 25 a quien quiera poner 3,5 millones de dólares. Vendrán con todos los trucos que tenían los DB5 de las películas del agente secreto.
Para delirio de los coleccionistas, el famoso Aston Martin DB5 de la película Goldfinger de la saga de James Bond será fabricado por la propia Aston Martin.
La cosa va tan en serio que el supervisor de los efectos especiales de las películas de Bond (también lo fue la trilogía de Batman de Christian Nole y las últimas entregas de Star Wars) ha participado del regreso a la vida de los DB5 de 007.
La marca producirá 28 unidades. 25 serán vendidas a un precio que se estima a 3,5 millones de dólares, una quedará en manos de la marca, otra para la productora de las películas de Bond y la restante será subastada para obras de caridad. Se espera que las primeras estén listas en 2020.
Pero lo más loco del proyecto es que no sólo el color o el estilo del DB5 original serán respetados, sino que incluirá los famosos gadgets de la película. No se aclaró como, más allá de la patente giratoria.
Si bien se anuncia que los vehículos no podrán circular por las calles y serán únicamente de colección, habrá que ver si también se producen con el amplio arsenal que tenían en la película, las llantas con picos, el afamado asiento eyector o el blindaje de la luneta.
El modelo debutó en las películas del agente secreto en Goldfinger (de 1964); luego apareció en Thunderball (1965), GoldenEye y Tomorrow Never Died (1995 y 1997, aunque sin gadgets); Casino Royale (2006, con volante a la izquierda), donde Bond se lo gana al malo de la película; Skyfall (2012), donde es totalmente destruido y, finalmente, en Spectre (2015), primero en etapa de reconstrucción y luego reparado.
En tren de soñar, ya estamos deseando que Lotus haga una réplica del Espirit anfibio o Renault una del 11 cortado por la mitad.
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