Entre 1976 y 1995, Porsche produjo cuatro modelos que terminarían siendo los únicos coupé con motor delantero de su historia: los 924, 928, 964 y 968.
A mediados de los años setenta, Porsche no estaba pasando por el mejor de sus momentos. El 914, desarrollado junto a Volkswagen, no había tenido el éxito esperado y el 911, que ya había estrenado renovaciones, tampoco era una gran fuente de ingresos.
Nuevamente en colaboración con VW, Porsche buscó crear un nuevo modelo de entrada de gama, pero con una configuración novedosa para la marca: una coupé con motor delantero, tracción trasera y la caja dispuesta atrás, un concepto que fue denominado Transaxle.
Los problemas entre ambas empresas hicieron que el proyecto quede en manos de Volkswagen, que hasta pensó en vender con su marca y la de Audi. Sin embargo, la crisis del petróleo puso fin a ese desarrollo y VW se concentró en el Scirocco, la coupé del Golf.
Así, Porsche retomó el proyecto ES 425 (que tenía reminiscencias con el VW SP2 brasileño, ver más) y para mediados de la década apareció su primer deportivo con motor delantero. Con esa disposición, la marca creó otros tres modelos que durante 20 años se vendieron en paralelo con el 911 hasta totalizar 400.000 unidades.
El primero fue el 924, que se vendió entre 1976 y 1988. Era un 2+2 de faros escamoteables (solución que luego fuera prohibida por su incidencia en atropellos) que medía 4,20 metros de largo, 1,69 de ancho, 1,27 de alto y 2,40 entre ejes. Debutó con motores 2.0 de 125 CV y 2.5 de 150 CV y se hicieron más de 138.000 unidades.
Al poco tiempo, apareció el 928, que era un modelo mucho más prestigioso, ubicado por encima del 911 (se lo pensó como un reemplazo en su momento), era una coupé de gran turismo, con cuatro plazas y capaz de rivalizar con modelos de Mercedes y Jaguar.
Se vendió entre 1978 y 1995 y fue elegido Auto del año europeo, siendo el único Porsche y el único deportivo galardonado en la historia. También llevó el primer V8 de la marca, un 4.5 litros de 240 CV. Medía 4,52 metros de largo, 1,89 de ancho, 1,28 de alto y 2.50 entre ejes. Se produjeron más de 61.000 unidades.
En 1982 llegó el sustituto del 924, que pese a pocos cambios se denominó 944. Aunque era su reemplazo, convivieron seis años y el nuevo modelo sobrevivió hasta 1991. La gran novedad fue que agregó un cabrio a la gama y llegó tener motores turbo. Se hicieron más de 163.000 unidades.
Su reemplazante fue el 968, otro modelo que compartía la estructura con su predecesor, pero que renovaba el diseño exterior e interior. Se vendió entre 1992 y 1995 y era algo más largo (4,32 metros). Heredaba los faros rebatibles del 928 y tuvo motorizaciones turbo de hasta 370 CV. Se vendieron casi 13.000 unidades.
En 1996, Porsche renovó su oferta de entrada con la llegada del Boxster, que al igual que hoy, tiene el motor en posición central trasera. Al año siguiente llegó el primer 911 refrigerado por agua y la gama de la marca alemana cambió para siempre.
Durante un buen tiempo, no hubo Porsche con motor delantero. Esa disposición regresó con el Cayenne, un SUV, en 2002, mientras que el Panamera de 2009 lo montó en una berlina de cinco puertas. El motor delantero, que durante 20 años sirvió a los compañeros del 911, ya no regresaría jamás a una coupé de la marca.
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Sergio
5 agosto, 2022, 12:33 pmMuy buena nota.
Espectaculares esos Porsche
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