Contacto: Chevrolet Cruze RS

Mantiene la mecánica y suma pocos elementos deportivos, pero el Cruze RS es una verdadera perla entre los medianos de silueta hatch.

Por Martín Simacourbe
Fotos: Prensa G.M.

Como nunca antes desde la creación del Mercosur, actualmente los automóviles fabricados en la Argentina son los grandes protagonistas de nuestro mercado. Y para atender esa demanda, están apareciendo versiones especiales o limitadas que mantengan en alto las expectativas.

El Cruze no es ajeno a eso y hace poco presentó las opciones RS y Midnight para animar las gamas de las carrocerías hatch y sedán, respectivamente (ver más). Luego de probar la LT AT, que también se agregó a la oferta, nos subimos a la más deportiva de la gama.

Tal como sucedió con el Onix RS, pese a sus aspiraciones deportivas, esta versión del Cruze no modificó su motorización, manteniendo el 1.4 turbo de 153 CV que tan buenos resultados le dio al mediano de Chevrolet.

Es algo similar a lo que también sucedió con el último (y único) RS producido anteriormente en la Argentina. Hablamos del Chevrolet 400 que, con su carrocería sedán, montó primero el 3.8 de 127 CV (denominado 230) y luego el 4.1 de 155 CV (250) entre los años 1969 y 1974.

Por llevar la misma mecánica de los Cruze ya han pasado por nuestras manos (ver pruebas) no vamos a ahondar demasiado en las bondades de un producto que gracias a esta particularidad del mercado argentino se mantiene en lo alto de las preferencias, pese a haber sido discontinuado en todos los mercados donde llegó a venderse fuera del Mercosur.

En el caso específico de nuestro mercado, los sedanes aun sobreviven gracias al buen andar de Corolla, sobre todo, pero los hatch regionales que alguna vez fueron rivales de este Cruze fueron abandonando la carrera. Apenas queda algún importado Premium con estas medidas.

Con un contexto que no lo ayuda, el Cruze y más que nada que una versión de tinte deportivo como esta, cobra valor para el cliente argentino ante la avalancha de SUV que invaden el mercado con un precio similar.

La propuesta del RS es simple: una imagen deportiva, un motor confiable en el que se aglutinan las buenas prestaciones y un consumo contenido y un acertado comportamiento más allá de las condiciones, ya que ofrece un buen confort de marcha y un correcto desempeño dinámico.

Lo reprochable es que junto con esa falta de potencia extra, el Cruze tampoco tiene un trabajo dedicado en las suspensiones o la dirección, algo que elevaría el tacto para coronarse como un verdadero deportivo, pero es algo que difícilmente podamos pedir en un modelo que transita, por más exitoso que este sea, el último tramo de su vida comercial.

Pero más allá de las posibilidades productivas, lo que sí nos hubiera encantado es que la eficiente caja automática de seis marchas hubiera adoptado de una buena vez las levas al volante para estar a tono con la insignia RS que este Cruze muestra en varias partes.

Las cifras que logra son dignas, aunque no las de un deportivo. Acelera en menos de 9 segundos y recupera en menos de 6, con un consumo de 6 l/100 en ruta, 8 en autopistas y casi 11 en ciudad.

Pero más allá del logo RS, donde más se disfruta el Cruze es a la hora de manejarlo, sobre todo gracias a la muy buena posición de manejo. Y no estamos hablando frente a los SUV de butaca elevada, incluso entre las berlinas medianas el producto de Chevrolet destaca en este punto.

El equipamiento es correcto, por que se trata de una versión intermedia sin, por ejemplo, las ayudas a la conducción que ofrece el Premier y que bien a partir de la llegada de estas versiones podrían haber comenzado a “bajar” al resto de la gama. En cuanto a confort hay poco para pedirle.

La antigüedad del Cruze no se ve en sus líneas exteriores, que siguen siendo atractivas, pero sí por dentro, donde tablero, pantalla y la consola, con pocos lugares para dejar objetos, podrían haber adoptado alguna actualización.

En cuanto a precio, poco vale lo que digamos. Por la amenaza del impuesto interno, las diez versiones (entre hatch y sedán) cuestan lo mismo de lista, algo que después cada concesionaria se encarga de llevar a la realidad. Así que la conveniencia o no de esta versión por encima de otras depende más de la disponibilidad que de otra cosa.

Sin rivales directos a la vista, lo mismo vale si lo comparamos con los SUV de un valor similar: sin cifras reales en las cuales sustentarse todo es muy complicado.

Lo único que vamos a reiterar es que ante tanto SUV, el Cruze es un soplo de aire fresco, el único disponible a un precio medianamente accesible con la silueta hatch. Y para muchos nostálgicos y no tanto, no es poco.

A favor
Exclusividad en el mercado
Motorización y prestaciones
Posición de manejo

En contra
Sin levas al volante
Precio incierto
Deportividad limitada

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Martín Simacourbe
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1 Comment

  • Esteban
    15 mayo, 2022, 12:41 pm

    Creo que es un producto muy racional y con diseño atractivo, para los que "filosóficamente" no toleran un Corolla, sin dudas es la opción. También tiene un buen nicho en aquellos que el Cronos full les "queda chico o tiene gusto a poco" (es ideal para saltar a un segmento superior). Destaco el buen despeje para nuestras rutas y el perfil de los neumáticos esta dentro de las tolerancias "permitidas" (preferiría un poco mas o mantener el diámetro con una pulgada menos de llanta..(como el antiguo Bora)). Muy buena nota!! gracias!

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