Las restricciones que sufre el mercado argentino de automóviles, que se vienen viendo desde hace casi un año y medio, se reflejaron violentamente en enero: una recopilación del sitio TN Autos confirma que este fue el peor arranque del año desde 2004.

Ese año se vendieron 32.406 automóviles, una cifra que luego fue siempre superada, pero nunca en un rango tan reducido como el de este 2022, que logró 43.256 unidades.

El peor de esos 17 eneros intermedios fue hace poco, en 2020 (antes de que se decretara la pandemia), con 44.972 unidades.

El mejor tampoco fue hace tanto: en enero de 2018 se vendieron nada menos que 120.556 unidades, lo que habla a las claras del vaivén que sufre la economía argentina constantemente.

Otros cuatro enero pasaron la barrera de las cien mil unidades: 2011 con 100.964, 2012 con 112.798, 2013 con 110.025 y 2014 con 108.913.

En paralelo, solo tres bajaron de las 50.000 unidades, curiosamente los tres últimos arranques de año.

El principal problema para que esto ocurra es la falta de stock que sufren terminales e importadoras por la falta de divisas. Eso trae sobreprecios y aumento de los usados.

En ACARA, la asociación que nuclea a los concesionarios, estiman que serán 400.000 las unidades que se comercializarán este año. En 2021, las previsiones eran superiores, pero se terminaron patentando 381.777 unidades.