Tras una década a la venta, el Tata Nano dejará de ser fabricado. El que fue considerado el auto más barato del mundo (a un costo actual de 2.000 dólares en India) nunca alcanzó el éxito esperado.

Ideado en 2003 por Ratán Tata, el dueño de la compañía, el Nano estaba destinado a ser un reemplazo de la multitud de motocicletas que utilizan los indios, gracias a la recuperación económica del país.

Desde su lanzamiento en 2008, utiliza un motor posterior de dos cilindros en línea con 623 cm3 y 33 CV de potencia. Mide apenas 3,10 metros de largo y pesa menos de 600 kilos, con llantas de 12″. Aun así es capaz de trasladar a cuatro pasajeros, mientras que el baúl es de 150 litros.

Para llegar a un precio tan básico, el Nano sufrió recortes de todo tipo: en equipamiento, con lo mínimo en seguridad como ser cinturones inerciales delanteros, y no llevaba dirección asistida o elementos eléctricos, más allá del aire acondicionado de la versión full.

La calidad de materiales también dejaba que desear, pero eso era algo esperado. Lo que más lo castigó fue que algunas de las primeras unidades se incendiaron sin grandes motivos, lo que conllevó a una revisión en su proceso de producción.

Tampoco le fue bien en las pruebas de choques, con resultados paupérrimos, lo que impidió su llegada a mercados más importantes. Incluso la propia Tata señaló que el modelo llegaría a Sudamérica en 2011.

Justamente las nuevas exigencias en términos de seguridad liquidaron cualquier continuidad de un proyecto como el del Nano, que nunca logró convencer al público indio.