Uno de los autos más icónicos del mercado nacional está cumpliendo 60 años desde su lanzamiento oficial, que se produjo el 10 de febrero de 1962, en la Rural de Palermo. Allí fue expuesto dentro de un micrómetro gigante, que hacía alusión a la precisión con la que estaba construido (ver foto abajo).

El primer Falcon, que era importado prácticamente en su totalidad ya que sólo los neumáticos, el tapizado y la batería eran nacionales, había comenzado a ser ensamblado en la planta que Ford tenía en La Boca a comienzos de ese año.

El diseño era idéntico al del modelo norteamericano que había debutado allí en 1959. Se ofrecía con el motor seis cilindros de 2.8 litros y 102 CV en las versiones Standard y Deluxe

Un año después, el Falcon comenzó a ser producido en la nueva planta de Pacheco (ver más), ya con el rediseño que modificaba el parante trasero (más ancho) y modificaba el formato curvo de la luneta posterior.

Pronto el modelo cambió en Estados Unidos (ver los Falcon que no tuvimos), pero aquí se mantuvo con la misma base hasta el día de su despedida. Eso sí, con constantes rediseños que lo fueron actualizando. Incluso la marca tuvo en carpeta muchos otros rediseños del Falcon que no llegaron a la producción (ver más).

A mediados de los sesenta el Falcon sumó la versión Futura, mejoró la gama con la llegada del 3.6 y para 1968 apareció la rural, que era levemente diferente a la norteamericana. En el 70 adoptó nueva trompa, pero en 1973 llegó su rediseño más profundo, con nuevas ópticas cuadradas, parrilla, luces traseras y una renovación profunda en el interior.

Además, ese año apareció la pick up Ranchero y la recordada versión Sprint, que sumaba 34 HP a los 132 originales del motor de 3.6 litros.

En 1978 ganó otra actualización, que modernizaba nuevamente sus líneas (con manijas embutidas), las cuales tuvieron su último retoque de importancia en 1982, cuando heredó novedades de la línea Taunus, renovó completamente el interior y sumó opciones tendientes a bajar el consumo, como la 2.3, la 3.0 Max Econo o la diesel en el Ranchero.

Además de ser exitoso en las competencias deportivas, el Falcon también fue el modelo más vendido de la Argentina en períodos muy diferentes: se alzó con el número uno en los años 1965, 71, 72, 74, 79 y 83.

Sobrevivió a todos los sedanes de origen norteamericano con los que había convivido (400, Chevy, Fairlane, Rambler Torino, Valiant, Dodge) y fue el último de una camada brillante de nuestro mercado.