Manejamos la nueva versión limitada del Stepway producido en la planta de Córdoba. Virtudes y defectos conocidos, con un plus de exclusividad.
Por Martín Simacourbe
Fotos: Prensa Renault y M.S.
Una de las tradiciones de Renault en la Argentina es la de ofrecer ediciones limitadas. Y como tal, la gama Sandero/Stepway ha sido una de las que más versiones aportó.
Ahora lo hace de la mano de la Confederación Argentina de Básquet, que desde la baja de la sociedad con la Unión Argentina de Rugby, se convirtió en el centro de las acciones deportivas del rombo fuera del automovilismo.
El Stepway CAB llega con una configuración única: motor 1.6 asociado a la caja manual de cinco marchas y nivel máximo de equipamiento.
La idea fue potenciar un producto de producción nacional (recordemos que las CVT se hacen en Brasil), no solo por la unión con una asociación local, sino también para alimentar la participación de los vehículos realizados en Santa Isabel, que serán los responsables del 90 por ciento de las ventas de la marca el año que viene (ver más).
El CAB mantiene las virtudes y defectos de siempre del Stepway. El más llamativo entre estos últimos es la ausencia del control de estabilidad, un elemento que recién estará disponible en las versiones nacionales a partir del 1 de enero próximo, cuando la ley exija este dispositivo para todos los vehículos nuevos a la venta.
Lo mejor viene por el lado de la habitabilidad, de lo mejor entre los hatch compactos, con o sin pretensiones aventureras. La posición de manejo no es la mejor por una butaca alta y un volante que solo regula en altura, pero en las plazas traseras dispone de un espacio inigualable a lo ancho, solo superado por algunas SUV de su segmento (y no todas).
Lo mismo vale para el baúl, el más amplio entre los compactos de cinco puertas, superando los 300 litros de capacidad, algo poco y nada frecuente en torno a los 4 metros de largo. Por debajo aparece un auxilio temporal debido a una llanta una pulgada más chica.
Las calidad de materiales no es de lo mejor, pero está a tono con la mayoría de las opciones regionales de este precio, mientras que en cuanto a equipamiento, el Stepway CAB suma un elemento inédito en la gama: el cargador inalámbrico de celulares. Está bien confeccionado y resulta práctico, pero al ser un elemento nuevo, casi que inhabilitó a los posavasos que están en la base de la consola.
También es nueva una alarma que se puede accionar con el tradicional comando a distancia o con uno exclusivo. ¿Para qué tener un segundo comando? La única utilidad es silenciar los insoportables bocinazos que se escuchan al activar y desactivar el cierre. Además, se nota que el sistema fue “agregado” porque no todas las funciones eléctricas andaban bien (un guiño en nuestro caso).
Otros elementos, ya conocidos e igualmente valorados, son los cuatro airbags, el climatizador automático y el control crucero, que no son tan fáciles de encontrar por este precio.
Además, como buena edición especial, este Stepway suma algunos extras exclusivos del mundo del básquet, como una pelota profesional (no la de nuestras fotos), un bolso, una toalla y un vaso.
La estética es la de siempre más allá de los logos y decoraciones internas (que incluyen una alfombra de diseño específico), pero este Stepway estrena un azul inédito en el modelo (heredado de la Alaskan con la que comparte planta).
A nivel dinámico, el modelo del rombo también repite lo conocido. Es un vehículo que se valora más que nada en ciudad, donde las prestaciones disponible son suficientes y el despeje hace que sea muy cómodo ante cunetas, lomos de burro, empedrados y hasta calles de tierra.
La dirección, pesada en maniobras de estacionamiento, y la selectora, que no tiene la docilidad de otros segmento B, son elementos criticables dentro de un conjunto que hace foco en la practicidad y el confort de uso.
El motor es el viejo conocido 1.6 de 115 CV de origen Nissan que desde hace un tiempo está utilizando toda la gama baja de Renault.
Es un motor un tanto vueltero que se siente más cómodo en la zona media y alta de revoluciones, pero que sin grandes exigencias también se desempeña con holgura en el tránsito pesado.
En ruta también muestra un costado confortable y para hacer algún sobrepaso hay que exigirlo. También muestra algunas inclinaciones si la curva es muy cerrada. En caminos de tierra sale a relucir su buen despeje y confort, pero no es apto para tramos con barro por unos neumáticos tradicionales.
Las cifras de prestaciones (acelera en menos de 11 segundos) y consumos (cerca de 6 l/100 en ruta, casi 8 en autopistas y 9 en ciudad) muestran que no es de los más modernos, pero tampoco es para caerle con demasiadas críticas ante las pocas alternativas más eficientes que se encuentran por su precio.
En precio de este Stepway CAB es de 2.871.100 pesos, una cifra (sin entrar en sobreprecios poco comprobables) que se ajusta a lo que se pide por un segmento B bien equipado.
La contra está en la falta del control de estabilidad, que el mismo Stepway subsanará en tan solo unos días. Lo hará sin el escudo de la CAB, pero eso es algo que solo para afectar a algún fanático del básquet. Al fin y al cabo solo son 200 unidades las que se pusieron en juego.
A favor
Habitabilidad/Baúl
Cuatro airbags
Confort de marcha
En contra
Sin ESP
Dirección pesada
Calidad mejorable
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