El Salón de París de 1996 fue testigo de la presentación del Citroën Berlingo, el modelo que transformó el segmento de los utiltarios compactos, al poner en un mismo volumen la cabina del conductor y el espacio de carga.

Pero el modelo que tuvo su clon en el Peugeot Partner se presentó en la cita parisina con otros tres prototipos. Uno, denominado Grand Large, era muy similar a la versión de producción y solo mostraba un ambiente más suntuoso y equipamientos extra, como un techo corredizo de lona.

Los otros dos eran radicalmente diferentes al Berlingo de primera generación que aun se vende en la Argentina. Uno, firmado por Heuliez, se llamó Berline Bulle, mientras que el desarrollado por Bertone se denominó Coupé de Plage.

El primero recurría a una carrocería redondeada, con curvas en el techo, la línea de cintura y el zócalo, pero la gran diferencia más allá de un portón que dejaba de lado el corte vertical, era la presencia de cuatro puertas de apertura tradicional, algo que nunca tuvo la Berlingo de producción.

El modelo definitivo salió al mercado con solo dos puertas, mientras que el Renault Kangoo (que imitó rápidamente el concepto) apareció solo un año después con una puerta lateral corrediza. PSA lo solucionó relativamente rápido, pero Renault nuevamente tomó la delantera al sumar la segunda puerta trasera, esta vez del lado izquierdo.

Como sabemos, el Bulle de Heuliez no llegó a la producción, pero adelantó lo que finalmente tres años después Citroën aplicó en la primera generación del C3: un modelo moderno con aires al diseño del 2CV.

El otro prototipo era una píck up deportiva que tomaba toda la sección delantera de la Berlingo, pero tras las plazas delanteras (de renovado diseño) ofrecía una caja y un portón al mejor estilo de una camioneta. El diseño también tenía guiños al ZX rally.

En la caja, la “coupé de playa” ofrecía dos reposeras y una barra que se colocaba en la sección trasera permitía llevar un par de tablas de surf con mucha practicidad.