La fábrica de Gravataí retomará la producción el 16 de agosto, luego de 134 días cerrada. El problema es la falta de semiconductores.
La crisis de los semiconductores, o chips, ha puesto de cabeza a la industria del automóvil en todo el mundo. Pero una de las plantas más afectadas ha sido la de General Motors en Gravataí, Brasil.
Pese a ser la productora del vehículo más vendido de Brasil en los últimos 5 años, General Motors decidió cerrarla por más de un tercio del año: en total serán 134 días desde que paralizó sus actividades a comienzos de abril.
La falta de chips no solo afectó a Brasil, sino a plantas de GM en Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos y México, pero sin dudas la más perjudicada fue la que produce en Onix para el mercado latinoamericano.
El parate mermó a la venta no solo en Brasil (donde el modelo dejó el podio) sino también en la Argentina: con un 48 por ciento más de ventas frente al año en que se inició la pandemia, el Onix vio caer sus ventas un 14 por ciento en nuestro mercado en lo que va del año.
La dueña de Chevrolet ya aclaró a qué se debe semejante parate: el Onix es, por su modernidad, uno de los modelos con mayor cantidad de semiconductores producidos en la región (ver más).
La retomada en la producción no será íntegra, ya que la planta regresará a mediados de agosto con solo un turno. “La preocupación es grande”, admitió el líder sindical de la planta al sitio brasileño Autoindustria, pero “lo esencial es mantener los empleos”.
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