Tal como adelantamos hace unas semanas, Toyota estrenó la nueva generación del Land Cruiser, nombre que viene utilizando desde 1951, en reemplazo del Jeep BJ creado a partir del Willys de la Segunda Guerra.

Con un estilo continuista desde lo estético, el Land Cruiser adopta la denominación 300 y la plataforma GA-F, aunque mantiene el chasis de largueros y, por supuesto, la tracción integral permanente. El resultado es un peso reducido en 200 kilos.

El nuevo 300 mide 4,99 metros de largo, 1,97 de ancho, 1,98 de alto y 2.85 entre ejes. A la versión habitual, le suma ahora una GR Sport, que se diferencia también desde lo estético, con una parrilla personalizada.

También cambia los motores, que sorprenden sin ninguna opción híbrida: deja de lado el V8 y se sube a un par de V6, ambos biturbo. El naftero es un 3.5 de 415 CV y el diesel un 3.3 de 310 CV. La caja es siempre una automática de 10 marchas. El motor de la GR se conocerá a fin de año.

En el interior, que mantiene las tres filas de asientos, se nota mayor refinamiento en la presentación, además de sumar tecnologías, como la que permite “ver” donde pisa cada rueda delantera. Todo sin olvidar muchos botones físicos, algo que la industria está dejando de lado.

El equipamiento suma el paquete de ayudas a la conducción Safety Sense, con frenado autónomo, mantenimiento de carril y control crucero adaptativo, mientras que la tecnología dice presente con una suspensión adaptativa y un sistema de tracción mejorado.

A los principales mercados llegará en poco tiempo, con lo cual se puede esperar su arribo a la Argentina para algún momento de 2022. Como hasta ahora, será un modelo de nicho con muy pocas unidades a la venta, pero seguramente tendremos la oportunidad de seguir disfrutándolo.