Renault ha sido, entre las europeas, pionera del concepto monovolumen. Lo aplicó en la Espace, luego en el Twingo y a mediados de la década del noventa en el Mégane, que dio vida al Scénic.

El adelanto lo había hecho un prototipo presentado en 1991 con ese nombre, que eran las iniciales de Safety Concept Embodied in a New Innovative Car, con un diseño muy moderno y soluciones que no llegaron a la producción.

Sin embargo, su concepto y parte del diseño se plasmaron en el modelo presentado en 1996 como parte de la gama Mégane.

Su llegada supuso una revolución que luego fue imitada por Citroën con el Xsara Picasso y por Opel con el Zafita, por nombrar a los que llegaron a nuestro mercado. Pero prácticamente no hubo marca que no creara su monovolumen mediano.

El Scénic original fue galardonado como Auto del Año europeo en 1997 y un año más tarde llegó a la Argentina. La producción regional, en Brasil, se inició en 1999, año en el que debutó el rediseño en Europa.

Con ese recambio (que aquí llegó en 2001), el Scénic abandonó oficialmente el nombre Mégane (aunque este siguió apareciendo en el parante C) y sumó una versión de tracción integral (RX4) que anticipa el furor de las versiones aventureras.

En 2003 apareció la segunda generación del modelo, que además de la renovación, adoptó una inédita versión denominada Grand Scénic, que era 20 cm más larga y permitía llevar siete pasajeros.

En 2006 fue rediseñada y en 2007 debutó en la Argentina. Como la original se seguía vendiendo, solo se importó la Grand Scénic. No tuvo mucho éxito y en 2009 fue discontinuada.

Ese mismo año apareció la tercera generación en Europa, que mantuvo la doble gama y regresó al estilo redondeado de la primera Scénic. En 2012 adoptó el rediseño de mitad de vida.

Un rato antes, en 2010, tanto la producción en Brasil como la comercialización en la Argentina de la primera Scénic, que se mantenía a la venta, fueron detenidas.

La última camada se estrenó en 2016, con un diseño que adoptó algunos elementos del mundo SUV, como las llantas de 20 pulgadas, y varios cambios, como la enorme primera ventanilla lateral o el corte irregular de la línea de cintura.

A un cuatro de siglo de su aparición, el Scénic es uno de los muy pocos sobrevivientes de un segmento que irrumpió con tremendo éxito, fue adoptado por casi todas las automotrices y rápidamente sucumbió ante el éxito de los SUV.

Del Sénic no se sabe a ciencia cierta qué será de su futuro, con un Mégane que promete ganar altura y convertirse en un crossover (ver más). Pero aunque no haya durado tanto, su aparición marcó una bisagra en la historia de la industria del automóvil.