Encontrar un estilo particular de algún estudio de diseño en más de un prototipo o modelo de producción es algo muy común, tiene que ver con lo que un diseñador quiere imponer, pero también con el carácter que la propia automotriz quiere darle a sus productos.

Pero que ese estilo se vea en cuatro modelos de cuatro marcas distintas antes de aprobarse para ser producido por una quinta automotriz no es cosa de todos los días.

Es cierto que el Citroën BX, al ser un modelo de producción, perdió muchas de las cosas que se vieron en los prototipos, pero las similitudes saltan a la vista.

Los trazos de todos estos productos los realizó Marcello Gandini (para el estudio Bertone), creador de íconos del diseño como los Lamborghini Miura y Countach o el Lancia Stratos.

Se ve Gandini estaba muy entusiasmado con su idea, porque en tan solo cinco años le “vendió” su idea a Reliant, Jaguar, Volvo, Mazda y la propia Citroën.

En 1977 se presentó en el Salón de Turín el Jaguar XJS Ascot, un prototipo que poco tenía que ver con el estilo de la marca británica. El diseño en forma de cuña lo heredaba de varios otros productos de Gandini (los de Lamborghini, por ejemplo). Recurría a una amplia luneta muy apaisada, faros escamoteables y la intención de disimular los parantes con pintura negra.

Ese mismo año, Gandini creó otro prototipo, pero que no tenía tanta conexión con el realizado para Jaguar debido a que tenía destino concreto de producción, lejos de los decorados que suelen tener los concepts. Era un encargo de la británica Relian para vender con la marca turca Otosan que no llegó finalmente a aprobarse. Sin embargo, muchos de los trazos se vieron cinco años más tarde en el modelo de Citroën.

Otro prototipo sin vistas de ser producido fue encargado a Gandini por Volvo en 1979. La marca lo denominó Tundra y se presentó en el Salón de Ginebra. El formato coupé visto en el Jaguar pasó a formar parte de un agresivo mediano de tres puertas con el mismo remate de la luneta, los faros que se escondían y el mismo tratamiento en los parantes. El diseño de los paragolpes, el único brazo limpiaparabrisas, la falta de parrilla tradicional, el logo desplazado del centro y el pequeño pliege del capot entre las ópticas se verían más tarde en el BX.

Dos años después (suponemos que en paralelo con los últimos retoques al diseño del BX, lanzado en 1982), Gandini volvió a producir un prototipo para una marca para nada identificada con el diseño italiano. La cercanía del Mazda MX-81 Aria con el Tundra es evidente, pero con trazos redondeados. Se repite el estilo de la cola, el logo desplazado en el frente, los faros escamoteables, la amplia superficie vidriada y el corte de la carrocería a media altura.

Finalmente, un año más tarde, Citroën puso en venta el BX. Los paragolpes plásticos, los pequeños intermitentes  y un guardabarro trasero recortado fueron señas particulares del diseño de Gandini, además de los trazos rectos y la luneta tendida que se vieron en la mayoría de los otros diseños. El BX se vendió hasta 1994 con una producción que superó las 2 millones de unidades