A un año de dictada la primera medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio, la Agencia Nacional de Seguridad Vial publicó un estudio acerca del cambio en el comportamiento del tránsito y las formas de mantener la seguridad vial ante este nuevo panorama.

El informe detalla que luego de dictado el aislamiento, se produjo una significativa baja en el tránsito de las grandes ciudades. Esto sirvió para reducir drásticamente los siniestros viales, pero también marcó cambios en los hábitos de transporte en la población urbana.

Los permisos de circulación a usuarios de transporte público provocaron una migración al uso de bicicletas, motos, autos particulares y los nuevos vehículos de movilidad personal.

Tras la Fase 1, hubo una leve pero sostenida tendencia creciente en el tránsito, llegando a diciembre de 2020 con una movilidad cercana al 80 por ciento de la etapa pre pandemia.

Si bien la movilidad seguirá en aumento en 2021, esa migración al uso de vehículos particulares no contribuye a una movilidad sustentable, eleva el consumo energético e incrementa la mayor probabilidad de siniestros viales: en 2020, 6 de cada 10 víctimas fatales en siniestros viales resultaron ser usuarios de motos y bicicletas y peatones, siendo los motociclistas los más perjudicados (44 por ciento).

La ANSV asegura que con el aislamiento, aumentó el el exceso de velocidad, por eso la agencia considera conveniente rever los modos de otorgamiento de licencias de conducir motocicletas, concientizar en el uso de elementos de seguridad y crear carriles exclusivos para estos vehículos (estos dos últimos puntos también son extensibles a usuarios de bicicletas, monopatines, etc.).

En cuanto a los automóviles, la ANSV insta a fortalecer los controles viales sorpresivos, capacitar acerca de la convivencia con usuarios vulnerables en el tránsito, controlar mejor las velocidades máximas y realizar mayores controles de alcoholemia.