Con la apertura de sesiones ordinarias realizada por el presidente Alberto Fernández en el día de ayer, se conoció el proyecto de Movilidad Sustenable que el gobierno nacional quiere impulsar para la producción de vehículos impulsados con “fuentes de potencia no convencionales”.

El proyecto no cayó del todo bien en el ambiente sindical y automotriz, ya que hay varios puntos en los que difiere con la visión 2030 (ver más) que el propio gobierno venía analizando para convertir en ley con los principales actores de la industria (ver más).

Un punto sensible es que mientras las terminales veían con buenos ojos seguir atendiendo la demanda del mercado de los vehículos a combustión (que los países del Primer Mundo desatenderán en esta década), el gobierno propuso una serie de beneficios para quienes produzcan vehículos híbridos, eléctricos, hidrógeno o nuevos tipos de propulsión.

Además, el gobierno alienta la prohibición de la producción de vehículos que funcionen “exclusivamente por motor de combustión interna a partir del 1 de enero del año 2041”.

Con críticas al modelo de producción industrial argentino que promueve el déficit (según el gobierno superó los 16.700 dólares por unidad en 2017), pero ninguna mención al asfixiante marco impositivo (uno de los puntos más destacados del plan 2030), el proyecto busca adaptarse a los nuevos tiempos y aprovechar las reservas de litio que Argentina posee en el Noroeste.

Acá, el texto completo del Proyecto de Ley Promoción de la Movilidad Sustentable