La tercera generación del nuevo Mini (el que reapareció en el mercado tras la compra de BMW) es de 2014. Tuvo un rediseño en 2018 y ahora estrena su segunda actualización.

En el diseño, que apenas se vio alterado, aparece una parrilla de mayores dimensiones al mejor estilo de los últimos y controvertidos BMW. Un nuevo marco negro enmascara las renovadas entradas de aire y parte del paragolpes.

En la imagen también resalta el abandono de los faros antiniebla circulares que han dejado paso a unas pequeñas hendiduras verticales en los extremos del paragolpes. Estos cambios afectan a todas las versiones del Mini (3 y 5 puertas, Cabrio y eléctrico).

Otra novedad es el techo multitono, que combina tres colores entregando una imagen personal. Por dentro no hay grandes cambios, aunque el instrumental ahora es completamente digital, hay nuevas salidas de aire y el volante se renovó por completo.

Donde no hay cambios es en los motores. Además del eléctrico puro, están disponibles el 1.5 de tres cilindros con 102 o 136 CV y el 2.0 de cuatro cilindros con 178 o 231 CV. Hay cajas manuales de seis marchas y automáticas de ocho.

Pero a nivel dinámico, el Mini adopta por primera vez una suspensión adaptativa y más ayudas a la conducción. Está previsto que esta renovación llegue al país durante el segundo trimestre del año, aunque todo dependerá del flujo normal de importaciones.