Tras una ardua lucha, parece que finalmente la industria automotriz argentina tendrá una ley que impulse actividades en el sector de cara a una mayor inversión y previsibilidad. La misma podría ser sancionada en febrero del año que viene.

Esto se logró gracias al plan 2030 (realizado por distintos actores privados y sindicales, ver más) que se activó durante el anterior gobierno y se retomó en el actual con la Mesa sectorial automotriz constituida a través del Acuerdo Económico y Social.

Adefa informó que Gobierno, empresarios y trabajadores del sector consensuaron los puntos del proyecto de ley cuyo objetivo central es la creación de un Programa de Promoción de la Industria Automotriz y su cadena de valor, que incluye la promoción de las inversiones, un mayor contenido de partes y piezas nacionales en los vehículos, la creación de puestos de trabajo de calidad y el fortalecimiento del perfil exportador.

De la reunión participó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA).

La semana próxima estarán los borradores del proyecto que se espera girar al Congreso en febrero para tratarse en sesiones extraordinarias. Kulfas aseguró que en ese boceto ha sido incorporada la “visión exportadora, tanto en proyectos presentes como en futuros” y destacó que “se comprenda la importancia de generar un modelo sostenible, para no volver a caer en los problemas recurrentes”.

El proyecto de ley consensuado persigue objetivos tales como el desarrollo de nuevos modelos y autopartes, con escala, competitividad y mayor integración de piezas nacionales; el impulso de nuevas motorizaciones; la promoción y transferencia de nuevas tecnologías y el cuidado del medioambiente y la mejora en la seguridad vehicular.

La iniciativa consta de dos capítulos centrales. El primero es el fomento a nuevas inversiones, con una serie de beneficios para todas las que cumplan con un porcentaje acordado de contenido nacional de partes y piezas en su fabricación.

El segundo es la creación del Instituto de movilidad, con participación público privada que, mediante el aporte de ideas e iniciativas y el análisis de las problemáticas de la cadena de valor, contribuya al fortalecimiento y mejora de la competitividad, la defensa del empleo y el desarrollo del sector automotriz y autopartista argentino.