Tal como se esperaba, tras el estreno del Volkswagen Golf VIII (ver más) y antes de la aparición del nuevo Audi A3, Seat ha estrenado en Europa la cuarta generación del mediano que nació en 1999.

Como el resto de los medianos del grupo alemán, el nuevo León está apoyado en la plataforma modular MQB. Ahora es 9 cm más largo (4,37), 2 más angosto (1,80) y 3 más bajo (1,46) que el modelo al que reemplaza. La rural se estira hasta los 4,64 metros de largo, compartiendo la distancia entre ejes de 2,69 metros.

El diseño del León mantiene el corte ascendente de la segunda y tercera ventanilla, pero muestra un cambio fuerte en la trompa, con un capot más largo y curvado y una parrilla más baja (al estilo Golf). Atrás una tira de led une ambas ópticas y se estrena la nueva tipografía, en cursiva minúscula, pero sin el acento en la O.

La gama de motores es muy amplia, con cinco nafteros (1.0 de 90 y 110 CV, 1.5 de 130 y 150 CV y 2.0 de 190 CV), dos diesel (2.0 de 115 y 150 CV), un GNC (1.5 de 130 CV con hasta 440 km de autonomía) y un híbrido enchufable (1.4 más eléctrico que da 204 CV).

Hay cajas manuales y automáticas y la familiar diesel puede llevar tracción integral. Una novedad es que la caja no tiene uniones mecánicas con la selectora y todo el sistema se maneja con cables.

Como es casi habitual en los nuevos modelos del grupo, el instrumental es digital y se complementa con la pantalla táctil de la consola central. Casi no hay botones físicos, salvo por algunas funciones entre las butacas y las que se comandan desde el volante.

Además de varios asistentes a la conducción, el León estrena una tira de led en las contrapuertas que avisa (junto a un sonido), antes de abrirlas, que un auto se está aproximando.