Muchas marcas deportivas o lujosas se han subido a la fiebre SUV: Alfa Romeo, Bentley, Jaguar, Lamborghini, Porsche o Rolls-Royce ya tienen uno, o varios, en su gama. Ahora es el turno de la inglesa.

El nuevo todo terreno mide 5,04 metros de largo, 2,00 de ancho y 1,68 de alto. El baúl tiene una capacidad de 632 litros. El estilo ya había sido anticipado por la marca en imágenes camufladas y es esperable a su tradición, con un diseño deportivo.

Algunas particularidades son la clásica parrilla de la marca, la presencia de ventanillas sin marcos o el alerón tipo cola de pato en la zona posterior.

El único motor que ofrece la gama hasta ahora es un V8 de 4.0 litros biturbo de 550 CV ya utilizado por la marca en algunos deportivos. La caja es una automática de nueve marchas y la tracción total permanente.

Tiene suspensión neumática variable, en tanto los amortiguadores y la barra estabilizadora son regulables electrónicamente. Los neumáticos son diferentes en cada eje, siempre con una medida de 22″.

Hay seis modos de conducción (cuatro para la ruta y dos para fuera de ella) y numerosas asistencias, como control de la velocidad activo, mantenimiento de carril, etc.

El interior permite acomodar a cinco pasajeros y tiene una presentación lujosa. El instrumental es digital y la pantalla de la consola es provista por Mercedes. Como en varios modelos de la alemana, no es táctil (Aston la eligió así por que no quiere ver dedos marcados en ella), por lo que se acciona por el conocido comando de MB.