El sedán que llega de Sudáfrica adopta leves cambios estéticos, más equipamiento de seguridad y nueva potencia para sus dos motorizaciones.
A poco más de tres años de su lanzamiento, el Clase sedán de Mercedes adopta el primer restyling de esta cuarta generación. Además de los cambios estéticos, hay dos nuevas versiones.
Por fuera, hay una renovada trompa gracias a cambios en la parrilla y paragolpes, y una leve modificación en los faros traseros. Hay nueve colores para elegir: dos tipos de negro, de plata, de gris y de azul y un blanco.
En el interior, se estrena el tablero enteramente digital de 12″ junto a una pantalla de 10″. También hay una nueva ambientación con hasta 64 colores.
Los motores siguen siendo los 2.0, pero ahora en vez de ofrecer 184 y 211 CV, entregan 204 y 258 CV, una potencia más acorde para pelear con el BMW 330i, por ejemplo (ver prueba). El primero se sigue denominando C200, pero el segundo pasa de ser C250 a C300. Ambos se combinan con una caja automática de nueve marchas.
Una novedad del equipamiento es la adopción de ayudas a la conducción. El C200, en nivel Avantgarde (a 54.500 dólares), viene con siete airbags, ESP, freno autónomo, cámara de retroceso, techo corredizo, tablero digital, faros led y llantas de 17″ (sin auxilio). Hay una opción con techo panorámico por 2.500 dólares extra.
En tanto, el C300 AMG-Line (a 66.000 dólares), suma control crucero adaptativo, tapizado de cuero, acceso sin llave, butaca eléctrica, techo panorámico, carga inalámbrica de celulares y llantas de 18″.
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