En 1994, el gobierno chino creó el Family Car Project, un emprendimiento para que grandes automotrices occidentales llevaran sus propuestas al Salón de Beijing en pos de crear un nuevo modelo para la familia tipo del país más poblado del mundo.

Con libertad en el diseño, el auto debería ser producido en China, ser económico y trasportar a cinco pasajeros. Se anotaron Chrysler, Fiat, Ford, Mercedes, Mitsubishi, Opel y Porsche, pero solo se tiene registro de los proyectos de MB (un anticipo de lo que fue luego el Clase A) y este de Porsche.

El sedán, que no tenía ninguna insignia de Porsche, fue desarrollado en tan solo cuatro meses y se denominó C88. El ocho es el número de la suerte en China y además se estimó que tendría un costo de 88.000 yuanes.

Era un típico cuatro puertas con un diseño interior moderno y un asiento para niños ya integrado al banco trasero, conforme a la política de un solo hijo que reinaba en China por entonces (esto también se veía en el logo de tres cículos unidos en forma de triángulo).

Medía 4,05 metros de largo, 1,63 de ancho, 1,43 de alto y 2,45 entre ejes. Llevaba un motor 1.1 de 67 CV con caja manual de cinco marchas y tracción delantera.

El despliegue fue grande e incluso el presidente de la marca, Wendelin Wiedeking, leyó su discurso en mandarín a la hora de mostrarlo en el salón. Pero meses más tarde, el gobierno chino dio marcha atrás con el proyecto y se quedó con muchas de las ideas provistas por occidente.

La marca no se rindió y ofreció el C88 a varios fabricantes indios, pero no hubo caso. El C88 volvió a Alemania y hoy es parte del Museo Porsche en Stuttgart.