La joven marca norteamericana presentó sus primeros modelos definitivos. Son unos particulares pick up y SUV eléctricos. Conocelos.
Como Tesla o Rivian (ver más), Bollinger es una start-up dispuesta a meterse en el mundo del automóvil. Nacida en nueva York pero con actual sede en Michigan, acaba de lanzar la versión definitiva de los B1 y B2, la versión pick up y SUV de un mismo producto.
Lo que más llama la atención de ambos modelos es su diseño exterior e interior, casi tan simple como el dibujo de un niño en un papel. Líneas totalmente rectas (que en parte pueden recordar al Defender original, sobre todo en el SUV tres puertas que ofició de prototipo) y un equipamiento bastante espartano son sus cartas de presentación.
Por ejemplo, las ventanillas son corredizas, el tablero recurre a cuatro relojes como podía tener el Torino, olvidate de pantallas táctiles y hasta esta versión final parece haber perdido el mínimo logo de los prototipos, com una simple B encerrada en un círculo.
El volante es apenas un aro con tres rayos que no ofrece airbags y poco se habla en el equipamiento de sistemas de seguridad (¿podrá pasar las exigentes normas americanas?). Tampoco se habló de precios para Estados Unidos.
Tampoco se difundieron las medidas, aunque se supone que su tamaño se ve imponente. Debido al ancho y el formato cuadrado, el parabrisas cuenta con tres limpiadores.
Lo más moderno es su motorización eléctrica. Ambos modelos llevan un par de motores (uno por eje) con 623 CV y 92 kgm de torque. Además, la suspensión es hidroneumática. La autonomía alcanza unos 300 km
Con el motor por debajo del piso, la solución más llamativa es que con el capot vacío se abre un espacio de carga que va por todo el largo del vehículo.
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