La versión “oscura” de la pick up de Pacheco rinde examen en AutoWeb. Probamos la variante 4×4 con caja manual de seis marchas.
Por Equipo de pruebas
La nueva versión “Dark Label” suma una opción más a la profusa gama Amarok. Obsesionada por el negro (podría haberse denominado Black Label aunque a riesgo de confusiones etílicas), debajo de la espuma marketinera no muestra nada relevante: una mano de pintura oscura a las llantas, stickers laterales, tapizados de Alcántara (exquisitos) y otros ejercicios de imagen tomando de base la versión Trendline, que tiene menos equipo que la full Highline Pack.
Se sabe que estas ediciones especiales o limitadas, que oh casualidad se lanzan en vísperas veraniegas, son efectivas: levantan las ventas y por arrastre llaman la atención del usuario hacia toda la gama. No le viene nada mal a la Amarok, que en 2014 quedó segunda en ventas cuando sobre la campana la Ranger consiguió un sospechoso empate técnico. Ambas, sin embargo, continúan lejos de la veterana Hilux, que casi las doblega aun al borde del sabido recambio generacional.
“Con la Toyota no pudimos”, decía días atrás, sincero, el dueño de un conocido concesionario. Está claro: fracasó la ambiciosa meta de ser líderes al primer año de producción, como aseguraba la plana mayor de Volkswagen cuando se lanzó la Amarok en 2009. Por entusiasmo (y la soberbia de algunos) se exageraron los augurios.
Pero no se puede decir que le fue mal sino todo lo contrario: VW no tenía tradición en pick ups, algo que pesa para el ortodoxo usuario, que por sobre todas las cosas valora la confiabilidad de productos probados y aprobados. Además la nueva chata llegó portando un paquete de innovaciones y tecnologías miradas con recelo por el chacarero y su gente:
–Motor downsizing: el TDI desarrollaba la misma potencia que otros, pero con apenas 2 litros de cilindrada y doble turbo. Luego se lo llevó a 180 y apareció la versión de 140 CV para las opciones más utilitarias de la gama. Tiene el menor consumo del segmento y puede funcionar con gasoil “sulfuroso”, lo que reduce el costo operativo.
-Transmisiones modernas: la versión manual llegó con seis marchas (sólo la Nissan Frontier tenía una similar), y más adelante pateó el tablero con la automática de ocho marchas combinada con un sistema de tracción integral permanente que eleva la seguridad dinámica (hoy también la ofrece en la 4×2).
–Electrónica: sistemas de ayuda a la conducción que suman seguridad, como el control de estabilidad (que luego se extendió a toda la gama) y el ABS off road, entre otros dispositivos.
–Elevado confort: amplitud interior, buena insonorización y posición de manejo similar a la de un cómodo sedán de alta gama. Además, un selector de cambios “indirecto” suave y preciso.
–Eficiencia dinámica: el comportamiento de la Amarok planteó un antes y un después en el desempeño rutero y en la agilidad en ciudad, con una dirección que todavía no fue mejorada por alguna otra pick up.
-Aptitudes off road: sus cualidades sobre asfalto no condicionan un impecable trabajo fuera de él, sobre todo de las versiones manuales con caja reductora.
-Robustez general: su carrocería fue concebida con técnicas modernas, con una deformación eficiente en caso de impacto y un chasis sólido que utiliza 60 kilos más de acero que el inmediato rival en la materia.
Cada innovación suponía una duda, y tuvo algunos (o bastantes) problemas, pero el producto se impuso y maduró con salud, soportando incluso las impactantes renovaciones de la Ford Ranger y de la Chevrolet S10. Es que no es poco lo que introdujo la Amarok al segmento más fuerte del mercado nacional. Por eso, que sirva la excusa de la Dark Label para repasar los pro y los contras de esta camioneta.
DISEÑO/ESTILO
La bijouterié de la Dark Label no altera el estilo simple y “cuadrado” de la Amarok, que en breve podría recibir leves (levísimos) retoques en la zona frontal. Pasaron cinco años de su lanzamiento pero se mantiene vigente y moderna (sabido es que los ciclos de vida de las pick ups son más extensos que los de los autos).
INTERIOR/CONFORT
La Amarok ha hecho todo para que conductor y acompañante vayan cómodos como en un auto: butacas anatómicas, habitáculo ancho, generosa altura techo-piso y una impecable posición de manejo, con volante chico, de doble regulación y muy buen tacto.
El plastiquerío de la plancha es rústico pero nada cruje ni brilla por demás (señal inequívoca de la mala calidad). Además, propone suavidad de accionamiento de todos sus comandos y detalles como portamapas de puertas con interior forrado para que las cosas no hagan ruido en el “trajín”.
En la Dark Label tampoco cambia el tablero, aburridón pero efectivo, típico de VW, con agujas, cuadrantes grandes y display central con toda la información necesaria. A ello se suma la pantalla táctil que integra radio, multimedia y navegador pero con el inconcebible faltante de USB. La calidad del audio es promedio pero en un habitáculo bien insonorizado, el mejor en la materia junto al de la Ranger.
Ninguna pick up llega a ser del todo cómoda en las plazas traseras. La Amarok está entre las mejores, con amplio espacio para las piernas. Pero los respaldos no tienen la inclinación que la espalda pide en viajes largos (gana Ranger en este punto).
En cuanto al equipamiento, le faltan algunas cosas respecto de la Highline, pero nada importante, a excepción de los sensores de estacionamiento, que le vendrían muy bien.
MOTOR/PRESTACIONES
En los últimos años han corrido ríos de tinta respecto del motor de la Amarok. Con 2 litros, este moderno TDI tiene un sistema de inyección adaptado al gasoil de mala calidad. Dicho en criollo, si le ponés gasoil barato no pasa nada. Aunque por experiencia personal, rinde mejor el de grado 3, que reduce el consumo y el ruido del motor, a la par que mejora las prestaciones.
El doble turbo no sólo se encarga de llevar la potencia a excepcionales 180 caballos sino que asegura un nivel de torque similar (o superior) al de motores de tres litros. Por lo tanto no flaquea en baja, aún con la caja cargada o en maniobras off road exigentes. Dale con fe…
Las seis relaciones de la caja cumplen para todas las necesidades, y con un embrague (punto problemático de las primeras unidades) suave y preciso. Además, la sexta es una verdadera sobremarcha que desahoga el motor en la ruta, viajando a menos de 2.400 rpm a 130 km/h.
Aunque sin llegar a la inapetencia ni nada por el estilo, el TDI 2.0 hace valer su “downsizing” al pasar por el surtidor. Su consumo general es algo más bajo que en las chatas 3.0, al menos a velocidades legales. En ciudad es verdaderamente económico, y en cualquier caso el tanque de 80 litros plantea una extensa autonomía.
COMPORTAMIENTO
Sin temor a exagerar, todavía no se inventó una pick que en ruta se comporte mejor que la Amarok. La tenida en curva es de primera, y conserva más fácilmente la trayectoria que otras cuando el camino se degrada.
Es impecable el trabajo de la dirección y tiene ESP, que actúa de inmediato cuando el conductor incurre en un exceso de confianza. También la frenada es destacable, con paradas derechas y distancias cortas, aprovechando además los neumáticos Bridgestone ruteros (los de dibujo mixto suelen perder unos metros). El ABS actúa sólo cuando es necesario y la función off road evita que se estiren las detenciones sobre tierra o ripio.
En esos terrenos, la Amarok está a sus anchas. Le gusta el campo, se muestra robusta y el sistema de tracción con acople a doble en alta y baja extiende los límites en el barro (hasta donde lo permitan los neumáticos). Pero también en la arena, donde le sobra paño para las maniobras más complicadas.
En la ciudad, con la presión de los “cauchos” adecuada, es menos saltarina que otras y sin dudas la más maniobrable. En otras palabras, es una pick up “fácil” para todos los días.
SEGURIDAD
El ESP elevó el estándar de seguridad en la gama Amarok. Pero las versiones full como esta DL no tienen airbags de cortina, como sí ofrece la Ford Ranger.
Eso sí, los laterales delanteros también protegen las cabezas de los ocupantes. Son de serie el cinturón inercial y el apoyacabezas para el quinto pasajero.
Otra crítica es que al ser una versión de base Trendline no tiene regulación de altura de luces, que dicho sea de paso no son las más poderosas.
PRECIO/COMPETENCIA
En las versiones 4×2, casi no hay diferencias de precio entre la Dark Label y la full Highline Pack. Y en las 4×4 la brecha es insignificante tratándose de montos que pisan los 500 mil pesos. Ser o parecer… Dark o High. Lo dejo a tu criterio…
Estos son los precios de las cuarto versiones de la gama Dark Label: 4×2 MT a $403.000 (403.300 la Highline Pack), 4×2 AT a $424.900 (428.500 la Highline Pack), 4×4 MT a $455.800 (470.500 la Highline Pack) y 4×4 AT a $483.800 (505.200 la Highline Pack).
Lo Bueno
Diseño vigente
Comportamiento general
Confort de marcha
Mecánica eficiente
Seguridad
Lo Malo
Faltantes de confort
Sin USB
Algunos materiales
Pedal de freno
Precio elevado
FICHA TECNICA
Motor
Diesel, 4 cilindros, 16 válvulas
Cilindrada: 1.968 cm3
Alimentación: Diesel
Potencia: 180 CV
Torque: 40,8 kgm entre 1500 y 2250 rpm
Transimisión
Caja: Manual de seis marchas
Tracción: Integral con alta y baja
Frenos: Disco ventilado/Tambor
Tren de Rodaje
Suspensiones: McPherson/Eje rígido
Dirección: Hidráulica progresiva
Neumáticos: 255/60 x 18″
Dimensiones y Capacidades
Largo/Ancho/Alto: 5,254/1,944/1,834 mm
Peso: 1990 kg
Carga: 1.047 kilos
Tanque: 80 litros
EQUIPAMIENTO DE CONFORT
Butacas regulable en altura
Control crucero
Llantas de aleación de 18″
Pantalla táctil con navegador
Pack eléctrico
Sensor de estacionamiento delantero y trasero
Tapizado de alcántara
Volante con doble regulación
EQUIPAMIENTO DE SEGURIDAD
Airbags frontales y laterales
ABS Off road
Apoyacabezas (5)
Bloqueo electrónico de diferencial
Cinturones inerciales (5)
Control de ascenso y descenso
Control de tracción y estabilidad
Encendido automático de luces
Isofix
PRESTACIONES
Aceleraciones
0-100 km/h: 11,5 s.
0-400 metros: 18,1 s.
0-1000 metros: 33,6 s.
Recuperaciones
80-120 km/h en 4ª: 10,1 s.
80-120 km/h en 5ª: 13,7 s.
Frenada
100-0 km/h: 40,2 mts.
140-0 km/h: 80,8 mts.
Consumos
100 km/h: 6,9 litros/100 km.
130 km/h: 8,7 litros/100 km.
Urbano: 10,1 litros/100 km.
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